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Recetas guardadas con celo para tomar en enero

La VIII Jornada de Degustación del Mosto en la Cuesta de la Rosa puso en el paladar del público diez vinos distintos

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  • VIII Jornada del Mosto. -

La octava Jornada de Degustación del Mosto organizada por la comunidad vecinal de la Cuesta de la Rosa no sólo sirvió para enaltecer y dar cierto prestigio al exquisito vino que elabora una docena de mimosos productores, sino, además, para poner de relieve el secreto con que estos productores consiguen arrancar a la cepa tan exquisito caldo. Tal es así que nadie quería desvelar la fórmula...
En la Cuesta de la Rosa, como en El Charcón, Vega de los Molinos, Las Sierpes y otras zonas rurales, se sigue una elaboración artesanal y ancestral, que comienza con la recolección de la uva y su pisado como se ha hecho desde siempre.

Pero estamos ante un vino que no se comercializa y que debe ser consumido en tan sólo unos meses para tomarlo en su mejor momento. Su degustación, como su producción, tiene un acusado carácter familiar, pues se suele repartir entre familiares y amigos, y casi siempre en torno a un plato típico. De hecho, en la Cuesta de la Rosa se tomó con una sabrosas tapas de morcilla, tocino, chacinas y, como plato estrella, una rica paella.

La jornada contó con presencia institucional, ya que los delegados municipales de Barriadas Rurales y Medio Ambiente, Juana Valle y Diego Carrera, se sumaron incluso para actuar como jurado, ya que el acto conllevó la celebración de un pequeño concurso en el que los asistentes valoraron con una puntuación del uno al diez cada uno de los diez vinos que se dieron a degustar por parte de la organización; caldos de intenso color oro, rojizo en otros casos, más o menos transparentes... En fin, vinos  para todos los gustos.


La producción de mostos comporta toda una cultura sostenible desde el punto de vista del medio ambiente, ya que las viñas fijan un modelo de uso del terreno y cada vez más están dando pie a elaboración no sólo de mostos, sino de otros vinos, como por ejemplo el buen tinto que también comienza a producirse precisamente en la Cuesta de la Rosa.
El presidente de la asociación vecinal, Antonio Castellano, estaba la mar de satisfecho con la convocatoria porque los visitantes se encontraban expectantes ante el momento de degustar el mosto y porque en torno al acto se produjo una saludable convivencia donde se habló de todo un poco, pero siempre con un vaso de buen vino en la mano.

Personas de todas las edades, destacando los jóvenes que también se suman a la tradición de elaborar vino, se dieron cita en este idílico lugar que permite una de las vistas más sorprendentes y maravillosas de Arcos de la Frontera.

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