La hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Arcos celebró el pasado sábado su tradicional procesión primaveral para rendir tributo a la Blanca Paloma, en una tarde de desfile precedida de la eucaristía y función principal impartidas por el párroco de San Francisco, Manuel Rodríguez Salas, como preámbulo de la gran cita.
Después de la protestación de fe, la corporación rociera se puso en la calle para recorrer la barriada de la feligresía franciscana en torno a las 21.30 horas, para regresar al templo sobre las 23.00 horas.
Las hermandades de penitencia de la ciudad quisieron acompañar el desfile, el cual estuvo marcado por el luctuoso hecho del fallecimiento del hermano fundador José Vázquez. Por ello, el paso de la Virgen del Rocío lució un lazo negro en señal de luto.
La procesión, debido a esta pérdida, desfiló más apagada que en otras ocasiones, en recuerdo al que fuera miembro de la peña La Buena Gente.
La Virgen, no obstante, lució alegres exornos florales, con margaritas de colores burdeos y naranja. Asimismo, contó con algunos enseres cedidos por la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, como también durante sus cultos ha lucido enseres cedidos por la hermandad de San Antonio con la que comparte sede canónica.
En el acompañamiento también hay que destacar una representación del Consejo Local de Hermandades y Cofradías y de la hermandad del Rocío de San Fernando.
Después de la procesión, la convivencia entre los hermanos del Rocío se alargó hasta casi las tres de la madrugada, ya en la casa de hermandad, en la calle Picasso.
