El pintor arcense Fructuoso Sañudo vuelve a sorprender con una nueva exposición fruto de su incansable trabajo con los pinceles. La muestra, inaugurada en el salón cultural San Miguel y abierta al público hasta el próximo 21 de junio, es el reflejo del sentido que el experimentado artista da a la luz como elemento inherente del paisaje que nos rodea.
Sin embargo, su exposición no ha querido caer en el tópico de retratar exclusivamente a Arcos como ciudad claramente pintoresca, sino buscar otros paisajes que desparraman luz, otros motivos en los que regocijar los sentidos y entender que la luz es sinónimo de vida.
Patios, macetas, flores que hablan por sí solas, calles, bodegones, el paisaje del lago de Arcos retratado como nunca... son algunos de los sugerentes motivos que han inspirado a Fructuoso Sañudo durante los últimos tiempos, en los que viene compaginando su tarea incontestable con los lienzos y su labor docente como profesor de pintura.
Como ha escrito Rafael Sierra para la tarjeta de presentación de la exposición, “¿Qué necesidad tiene nuestro pintor de pigmentos cuando es dueño de la luz? El blanco de la cal de nuestro pueblo, el ocre de la Peña de Arcos, el infinito azul de nuestro cielo y el cambiante verdoso de nuestro Guadalete, que porfía ser hermano del de nuestros olivos, son suyos. Él es el dueño. A nuestro amigo pintor le basta con abrir su repleta caja de luces y sacar de su interior los reflejos que atesora, para así plasmar en sus lienzos el alma que ve; el espíritu de nuestros campos, la esencia de la mar, la vida de los objetos más simples...”.
Lo mejor, no obstante, será descubrir por uno mismo el rico mundo de Fructuoso Sañudo en esta nueva entrega que nos regala en un lugar tan bello como familiar para el artista, donde los frescos de Guerra Calle son testigos de tanta hermosura.
