Una vecina de la barriada Santa Ana de Arcos ha trasladado a este periódico el caso sufrido por su mascota, que ingirió supuestamente veneno para matar ratas que había sido colocado en el interior de una bolsa de carne con guisantes que se encontraba arrojada en el parque infantil.
Presuntamente se trata de la irresponsabilidad por parte de otro vecino o vecina de la zona que habría pensando que con el veneno acabaría con las ratas, sin reparar en el daño que podría hacer a los gatos y perros del lugar, aunque tal vez su maligna intención fue acabar con la colonia de gatos que existe en el entorno de la barriada. De hecho, al parecer, han aparecido en la zona algunos gatos muertos, supuestamente por las mismas razones:la ingesta de veneno.
La vecina que ha denunciado públicamente estos hechos comprobó cómo su mascota, una perra concretamente, comenzó a vomitar coágulos de sangre al día siguiente de haber comido de la bolsa arrojada en el suelo. La vecina asegura que el veterinario le confirmó que, efectivamente, se trataba de un veneno el que le estaba produciendo los dolores como consecuencia de los daños internos en sus órganos. No obstante, la perra de cuatro meses parece recuperarse poco a poco según atestigua su dueña.
La denunciante se cuestiona qué habría ocurrido si un niño pequeño de los muchos que juegan en el parque infantil hubiera cogido por curiosidad la bolsa de alimento contaminada con veneno matarratas.
