A primera hora de la mañana de este lunes, medio centenar de estos manifestantes empezó a patrullar la zona para evitar que los obreros de las empresas adjudicatarias pudiesen retomar los trabajos. Un amplio dispositivo del Cuerpo Nacional de Policía se encargó mientras tanto de evitar que los ánimos se caldeasen en exceso, controlando en todo momento la actitud de los vecinos.
A pesar del ambiente enrarecido que caracterizó a estas primeras horas de la jornada, lo cierto es que no se registraron incidentes dignos de mención. En algunos casos, los obreros accedieron al lugar en el que debían continuar las faenas iniciadas la pasada semana, aunque la presión de los manifestantes hizo que finalmente desistieran de ese empeño. Una vez que el grupo de desempleados comprobó que las obras se encontraban paralizadas, sus miembros iniciaron la confección de una pancarta con la intención de trasladar la movilización al Ayuntamiento. Sin embargo, la sospecha de que la ausencia de control pudiera permitir a las empresas contratistas retomar las obras hizo que la mayoría optase por dejar la protesta para mejor ocasión, manteniendo su presencia en el barrio.
Esas labores de vigilancia se mantuvieron por tanto de manera ininterrumpida entre las 07.30 y las 14.00 horas, retomándose posteriormente entre las 15.00 y las 16.30 horas. Una vez comprobado que la jornada se había cerrado sin avance significativo en las obras, los manifestantes se disolvieron de manera definitiva con la intención de retomar estas tareas de vigilancia a primera hora de la mañana de este martes.
Algunas empresas responden
De manera paralela, los parados de San Benito siguen moviendo los hilos que tienen a su alcance para sacar partido de estas obras. Según su portavoz, José María Loreto, un par de empresas está dispuesta a atender la reivindicación de estos vecinos. De este modo, cada una de ellas empleará a dos desempleados del barrio. La intención es que el resto también acepte esta propuesta, que permitiría emplear a un total de 18 de estos manifestantes.
“Lo que estamos pidiendo es que cada contratista emplee a dos parados del barrio. No es lógico que contraten a todo el mundo, pero tampoco que no haya nadie del polígono trabajando, cuando se nos prometió que la mitad de los puestos de trabajo iban a ser para nosotros”, explicó José María Loreto.
Vuelta de tuerca
La tensión podría incrementarse en las próximas horas. Según el portavoz de este grupo de desempleados, una de las empresas contratistas ha amenazado ya con el despido a sus trabajadores en caso de que este martes no retomen la ejecución de los proyectos que tienen adjudicados, para lo cual tendrían que hacer oídos sordos a la presión de los parados del polígono de San Benito.
En cualquier caso, parece garantizado que estos trabajadores seguirían contando con el respaldo del Cuerpo Nacional de Policía en caso de que se decidan a volver al tajo. La propia delegada provincial de Vivienda y Ordenación del Territorio, Silvia López, reconoció que la Junta de Andalucía requirió la presencia de la Policía Nacional para “ofrecer seguridad” a estos trabajadores.
López aseguró incluso que las empresas contratistas habían “retomado” los trabajos “con cierta normalidad”, cuando en la inmensa mayoría de los casos no era así, ya que no pocos vecinos se quejaban precisamente de que sus viviendas se encontraban literalmente patas arriba al encontrarse paralizadas las obras.
En cualquier caso, resulta complejo determinar en qué viviendas se trabajó y en cuáles no porque los proyectos de rehabilitación afectan al interior de estos inmuebles.
Las obras persiguen la rehabilitación de 108 viviendas de la barriada de la UVA. El objetivo es que todas las actuaciones estén finalizadas de manera simultánea en un periodo de tiempo aproximado de cinco meses. La Junta va a invertir en la ejecución de este proyecto 1.475.000 euros.
