Se abre al público el Convento de Santa Clara

El alcalde de Carmona, Antonio Cano, acompañado por la Madre Abadesa del Monasterio de Santa Clara de la localidad, presidirá hoy el acto de apertura al público del Convento de Santa Clara de Carmona, donde permanece una comunidad de religiosas clarisas.

A partir de ese día, parte del recinto conventual fundado en el siglo XV podrá ser objeto de visitas y se incorporará al conjunto patrimonial de la ciudad dentro de sus guías y rutas turísticas. En concreto, el convento podrá visitarse de viernes a lunes en horario de mañana y tarde y los visitantes podrán acceder a la iglesia, el claustro y el coro bajo.

Además, dentro del itinerario de las visitas también se podrá acceder a la torre-mirador del convento desde la que se pueden apreciar unas vistas de Carmona y de su entorno únicas y prácticamente desconocidas hasta ahora. De hecho, esta torre, cuya construcción data del siglo XVIII, es quizás el elemento más emblemático del convento. Para su apertura se han instalado en ella diferentes paneles explicativos que abarcan la historia de esta comunidad y la evolución del edificio.

La apertura del convento ha sido posible gracias al convenio de colaboración que se ha firmado entre el Ayuntamiento de Carmona y la Comunidad de Religiosas Franciscanas Clarisas del Monasterio de Santa Clara.
Tanto el Alcalde de Carmona, Antonio Cano, como la Delegada de Turismo y Patrimonio, Mª Ángeles Iglesias, han destacado que “el objetivo del Ayuntamiento de Carmona, compartido también con las religiosas del convento, es el de conservar e impulsar el conocimiento de este edificio histórico por parte de los propios carmonenses y de las miles de personas que nos visitan; una línea de trabajo que pretendemos hacer realidad en otros enclaves patrimoniales y religiosos ede Carmona”.

El convento de Santa Clara de Carmona, fundado en 1.460, es el más antiguo de la ciudad. Debido a los años que necesitó paras su construcción, abarca varios estilos arquitectónicos aunque su iglesia si sigue el modelo conventual sevillano, de estilo mudéjar. Además, este recinto religioso tiene la particularidad de que fue modelo para otros conventos de Hispanoamérica, especialmente en las ciudades de Arequipa y Cuzco.