La fiesta comenzará cuando Caballero Herreros, colegiado riojano que dirigirá el choque entre Xerez y Huesca, pite el final del partido. Entonces comenzará la vuelta al ruedo, al coliseo de Chapín. Será el primer momento para celebrarlo con esa grada que en ningún momento ha dejado abandonado al equipo. Unos seguidores, que han ido aumentando con el paso de las jornadas y que se han mostrado siempre de lo más fieles.
Ante la posibilidad de subir la pasada semana en Tenerife, la mayoría tenía ese deseo de que el ascenso llegase en Chapín, que ha sido una de las claves del éxito de esta temporada, al igual que lo fue del año pasado, con ese fortín que se montó desde la llegada de Esteban Vigo al conjunto azulino. Pocos han sido los puntos que han escapado del feudo jerezano.
El encuentro entre los jugadores y la parroquia azulina será de lo más especial. Ya el año pasado, a pesar de la invasión de campo final, se vivieron escenas emocionantísimas con esa permanencia milagrosa que consiguieron los azulinos. Con el ascenso estallará la locura.
Atención a los artistas
La alegría será grande para todos, pero especialmente para aquellos que llevan muchas temporadas de azulino y han sufrido todas esas penurias deportivas y económicas por las que ha atravesado el cuadro xerecista. Futbolistas como Vicente Moreno, todo un símbolo que este año se ha convertido en el jugador que más veces ha vestido la elástica azulina, Francis y Mendoza lo vivirán de una forma muy intensa, por todo lo que representa la guinda a una trayectoria xerecista. Viqueira y Calle, que viven sus segundas etapas en el cuadro azulino, también recordarán aquel año con Schuster, donde estuvo tan cerca y no se pudo conseguir al final.
Habrá que prestar atención también en las celebraciones a Antoñito, que a buen seguro que sacará algún capote a pasear, para dar esos pases de pecho de Paula, de ese artistas que es con el balón. Y el ojo también tendrá que estar pendiente de Currito de Jerez o Brian Sarmiento, como lo prefieran. El chaval ya ha sorprendido en más de una ocasión con sus celebraciones goleadoras. En una ocasión se marcó una cumbia por bulerías para festejar uno de sus tantos. El jueves le restaba un poco de importancia a la espectacularidad invitando a los que quieran fiesta al teatro, pero Brian sabe que Chapín será hoy ese teatro de los sueños jerezanos donde la realidad superará a la ficción.
Y es que nadie podía imaginar que el Xerez iba a conseguir este año el ascenso. Pero el fútbol tiene estas cosas, estas historias en las que el trabajo tiene sus frutos. Y los jugadores azulinos lo van a recoger. Tras la celebración en el campo llegará la fiesta en el vestuario, con champán, duchas a gogó y cánticos particulares. En este momento se mezclará el interiorismo, la unión del grupo, la piña que ha dado tantos buenos resultados, con el corazón, el alma, la satisfacción por haber logrado algo grande. Para entonces, los de Esteban Vigo todavía seguirán en una nube de la que se bajarán para subirse a ese autobús del ascenso que recorrerá las calles de un Jerez más enloquecido que nunca con su equipo.
A la llegada del autobús al Arenal, ya de madrugada, tocará subirse al escenario. Entonces los jugadores tomarán el micrófono y le dedicarán unas palabras de Primera a toda la afición. No se descarta algún cántico al estilo Piqué. Luces, sonidos y palabras para el recuerdo se fusionarán en una noche de fantasía, que en teoría tiene que acabar en la Tonelería, lugar donde está reservada la cena, casi con churros, de los azulinos. Toda la celebración podrá ser seguida desde el Arenal por la pantalla gigante que está colocada para facilitar la visión de la fiesta.
Y no hay que olvidarse que tras las celebraciones también llegarán los tiempos para las despedidas de aquellos futbolistas, como Pedro Ríos, que no seguirán en el Xerez. El jerezano, sin lugar a dudas, lo va a celebrar a lo grande porque, pese a las dudas y suspicacias de muchos, es xerecista de corazón y sentirá todo como el que más. Otros como Jorge Luque o Stéphane Porato parece que tampoco seguirán.