–Un momento de su infancia.
–El día en el que murió mi hermana. Ella tenía dos años y yo ocho. Me quedé sólo. Para eso nunca estás preparado.
–¿Cuál es su lema en la vida?
–Ser un poco más feliz cada día.
–De pequeño soñaba con...
–Ver qué pasaba en el año 2000.
–Y de no haber sido lo que es, ¿qué le hubiera gustado ser?
–Médico. Pero había que ir por ciencias, y como que no.
–¿De quién se acuerda cuando suena el despertador?
–Del que inventó lo de Carpe Diem.
–¿Qué hace antes de acostarse?
–Tengo dos hijos pequeños y aprovecho para estar con ellos.
–Una hora del día.
–Cualquiera que me permita estar en casa.
–Una estación del año.
–Verano.
–¿En qué época le hubiera gustado vivir?
–En los 60. Beatles, Rolling, Mayo del 68. Tiempo de cambio.
–¿A qué personaje le hubiese apetecido conocer?
–A Julio César.
–Una película.
–La guerra de los mundos.
–Un actor y una actriz.
–Sean Connery y Elisabeth Taylor.
–¿Qué libro le ha fascinado?
–El caballero de la armadura oxidada.
–Su escritor favorito.
–Tengo varios. Ahora me gustan mucho Bucay y Ruiz Zafón.
–Una canción.
–I Feel Fine.
–Haga un menú.
–Kokotxas con angulas en salsa verde, chuletón de buey en su punto y arroz con leche. Y el vino de Jerez, por supuesto.
–¿A quién le daría un premio?
–A mi mujer. Por estar conmigo y hacer que sea mejor persona.
–¿Qué le hace reir?
–La hipocresía que nos rodea.
–Su día más feliz.
–Varios. Cuando conocí a mi mujer, cuando me casé con ella, el nacimiento de mis hijos.
–La última vez que lloró.
–Cuando nació mi segundo hijo. Las cosas se complicaron mucho, aunque por fortuna ambos están muy bien. Déjeme que le dé las gracias a todo el personal de Maternidad del Hospital de Jerez y de la UCI.
–Su frase más utilizada.
–Gracias por...
–¿Qué se pregunta más veces?
–Por qué nunca estamos contentos con nosotros mismos
–No podría salir a la calle sin...
–Darles un beso a mi mujer y a mis hijos.
–¿Dónde se perdería en Jerez?
–Jerez es una pasión apasionante. Cualquier rincón de la ciudad tiene algo especial.
–Unas vacaciones.
–Para ir con la familia, Barbate. Para estar sólo, Jerez.
–¿Qué tres cosas se llevaría a una isla desierta?
–Una caña para pescar, una radio solar y un bote de remos para volver cuando me aburra.
–¿Cuándo hubiera deseado que la tierra le hubiese tragado?
–Cuando trabajando en la Cope puse el disco de Las Vulpes “Me gusta ser una zorra” y lo mezclé con “Me pica un huevo” de Siniestro Total. Me cayó una buena. Era muy joven.
–Su mayor locura.
–Haber pasado de largo por ciertas cosas de la vida que luego se me han vuelto en contra.
–¿Qué echa de menos?
–A mi hermana Nuria, a mi cuñado Paco y a mi suegra Carmen. Fueron un adiós bastante traumático. Me cuesta asimilar las pérdidas.
–Una afición.
–La música. Fueron muchos años de conservatorio. Con una madre soprano casi es lo normal.
–Una manía.
–Si salgo de viaje con la familia, beso a mi mujer y choco las manos de mis hijos.
–Un sueño.
–Ver al Xerez en Primera. No quiero perderme ese gustazo.
–Una pesadilla.
–Me quita el sueño que le pase algo a la gente que más quiero.
–¿Qué invento ha marcado más a la humanidad?
–Además de las vacunas, los medios de comunicación.
–¿Qué inventaría?
–Más remedios para evitar las enfermedades y el paro.
–¿Por quién se cambiaría un día?
–No envidio la vida de nadie. Me quedo con la mía.
–¿Qué le diría a Zapatero?
–Que no nos engañe y que haga lo que pueda para que los españoles vivamos decentemente.
–Primera palabra que se le ocurra.
–Amor.
–Defínase en tres palabras.
–Soy demasiado sensible, muy cercano y trato de ser amable.
–Un secreto confesable.
–Además de mi mujer y mis hijos, mantengo una relación desde hace casi 30 años con una chica llamada Radio.
–No soporta...
–Que me impongan criterios a la fuerza. El razonamiento y el diálogo tienen que estar por encima del “sí, porque lo digo yo”. De lo contrario creo que los humanos nos dividimos entre los que mandan o quieren mandar, y los que obedecen. Eso no es sano.
–¿Teme a la muerte?
–No. Es una etapa más. Una putada, pero una etapa más.
–¿Hay algo después de la vida?
–No lo sé. Nadie vino a contármelo. No me importa mucho.
–¿Cómo le gustaría que le recordasen?
–Sin hacer demasiado ruido. Soy muy vergonzoso.
–Un título para su vida.
–Gracias por todo.
