El alcalde, David Valadez, en su condición de delegado municipal de Cultura no ha tenido más remedio que reconocer la evidencia y, en rueda de prensa, señalaba que es "una cantidad más que reducida, y que corresponde fundamentalmente a la organización de la XXII Semana de Cine Español". Con este ‘dispendio’ es de suponer que nada tendrá que ver con otras ediciones en donde la localidad se erigió en noticia nacional. Afortunadamente el resto de actividades programadas no tienen ningún coste para las arcas municipales, gracias a la colaboración de la Consejería de Cultura de la Junta y a la Presidencia de la Diputación Provincial de Málaga.
El alcalde, ante el duro trance de tener que explicar la confección de la agenda cultural con ese presupuesto ha manifestado que los objetivos han sido dar mayor protagonismo a los artistas locales y a los alumnos de los talleres municipales, la revalorización del cine español y la intención de ofrecer una programación austera, pero diversificada.
Raquítico y lamentable
Con esos calificativos ha definido el portavoz del PES, José Ignacio Crespo, el programa cultural de primavera. Para Crespo se ha dado un gran paso atrás con este programa del que dice “es el más pobre de los últimos quince años” y hace presagiar lo que puede ocurrir con el programa de verano.
