Como no paga nada, es difícil el empeño, casi tanto como caminar a pasos de zapatillas de lona, con suela de cuerda, para que no duelan los juanetes.
No entienden los pies de tanto arte, ni de tantas ganas de fiesta y se resienten, a pesar de estar saeteados de lentejuelas, a juego con el disfraz, que se llama “Alegoría de invierno” y que gasta tres metros de eslora, por cuatro de cabotaje.
Son cosas nuestras, ya se me entiende, del Cádiz que se come los estatutos del Ateneo para la merienda y se desayuna con la Constitución del doce y que cuando le duele la cabeza se va a la UCA y se aperitivea con una conferencia, a tiempos muertos.
Es este el Cai de “la Malvada”, que se hace Reina por Carnavales y por el que se deshace ojitos y manos, en coser sueños de plumas de marabú y boas, sin constricciones de alma.
Son meses de ahorros minuciosos, para gastárselos en la Viña en la tela del disfraz y en los complementos, en adornos que lucir para un pueblo al que se le caen las fachadas y envejece, pero que quiere seguir teniendo la gallardía que gozó en olvidadas épocas.
“La Malvada”, mientras cose, suspira de amores perdidos y por sueños rotos, entre enjambres de alambres, que ensarta –gozosa-con la ilusión esa, de ser el alma de la fiesta y sentir que su pueblo, ese, de múltiples cabezas y brazos aleatorios, la aplaude al grito unánime de “¡¡¡¡guapa, guapa y guapa!!!!” o “¡¡¡¡qué arte, chiquilla , que hay en Cai!!!!”.
Sé que algunos le parecerá hasta tonto, no por supuesto a los que se llevan cuatro meses ensayando y ponen hasta el último centavo en llegar al Falla y ponerse a cantar para que les den un babuchazo en la cara, sino a otros que nos miran por encima del hombro y que nos ven a los gaditanos , como carne de quincallería, porque “la Malvada” lo único que necesita es llegar al Estadio , pero como nació , hecha una Reina y no desgajada como otros años, rendida y muerta de los pies de caminar, como plebeya , porque con ese disfraz mastodóntico , no hay coche que la acoja, ni taxi , ni autobús y solo la platea de una camioneta descubierta, es capaz de albergar , tanta lozanía y desparpajo.
Es por ello que a ustedes me acojo, sabiendo que tienen el corazón en un puño y el sueldo embargado , para como dijo una vez un campero viendo el coche descapotable con el que llegaba Félix Puyana, al campo de mi abuelo, al grito emocionado de ” ajera , un coche sin tapaera”, suplicarles, por una camioneta descubierta , para llevar al Estadio a una Reina , cubierta de plumas, Reina de levanteras, ondulantes las boas, subida a una trasera, como si fuera en carroza real, rampante y no reptante , por la avenida de Puerta Tierra.