Esta prueba diagnóstica es fundamental para evitar la ceguera, porque detecta de forma precoz la retinopatía
Los centros de salud del Distrito Sanitario Jerez-Costa Noroeste han realizado durante los diez primeros meses de este año un total de 1.658 retinografías, lo que ha permitido detectar de forma precoz la retinopatía en los pacientes diabéticos y a su vez ha facilitado la aplicación del tratamiento necesario para prevenir la ceguera que provoca esta patología.
La retinopatía diabética es una enfermedad que no suele tener síntomas ni signos perceptibles para el afectado, por lo que puede ocasionar, si no es detectada, diagnosticada y tratada a tiempo, la ceguera en las personas que la padecen.
Precisamente, y para actualizar la formación de sus profesionales, el Distrito jerezano ha impartido durante el mes de de noviembre, en colaboración con un la Unidad de Oftalmología de Hospital de Jerez, dos cursos dirigidos a los médicos de familia y a los enfermeros de todas sus unidades de gestión clínica sobre esta patología.
La formación del personal y la realización de pruebas se enmarca dentro del programa de detección precoz de la retinopatía diabética de la Consejería de Salud, que es una de la líneas principales de su Plan Integral de la Diabetes, cuyos principales objetivos son reducir la incidencia y el impacto de esta patología en Andalucía, elevar la calidad de vida de estos pacientes y mejorar la atención sanitaria que reciben por parte de la sanidad pública.
Otro de los fines de este programa es adecuar la oferta de servicios a las necesidades de la población, aumentar el grado de conocimiento e información sobre esta enfermedad, además de fomentar la formación de los profesionales y la investigación para la lucha contra este problema de salud y sus repercusiones.
El retinógrafo digital es un instrumento electromédico utilizado para fotografiar la retina del paciente, que es la zona donde repercuten los daños o lesiones que puede producir la diabetes. Si no se detecta nada en los resultados de esta prueba diagnóstica, el enfermo continuará en un programa de seguimiento con chequeos cada dos años. Por el contrario, si el médico de familia sospecha u observa algún problema, contactará con el oftalmólogo para realizar una segunda valoración, que de forma definitiva establecerá el diagnóstico y el tratamiento aconsejado si éste es necesario.