La natación sincronizada volvió a salvar a España
El equipo de waterpolo masculino quedó quinto en Shanghái perdiendo la plata de Roma.
La natación sincronizada con seis medallas, una de plata y cinco de bronce, volvió a salvar a España en el medallero de los Mundiales de Natación que se clausuraron el domingo, en Shanghai.
En conjunto, el equipo español que reúne a cinco disciplinas olímpicas, natación, sincronizada, saltos, waterpolo y natación en aguas abiertas, ha bajado su nivel respecto a los últimos mundiales celebrados en Roma en 2009 y ha vuelto a depender casi en exclusiva de la sincronizada, tal y como sucedió en Montreal 2005 y Melbourne 2007, donde no se subió al podio ni en natación ni saltos.
En Montreal a las medallas de la sincronizada hay que sumar la de David Meca, oro en los 25 kilómetros en aguas abiertas, y en Melbourne la de bronce de waterpolo.
En la piscina olímpica de la capital italiana Rafa Muñoz, ausente en China por no haber hecho la mínima, subió dos veces al tercer escalón del podio en los 50 y 100 mariposa y Aschwin Wildeboer en los 100 espalda.
Una decisión difícil de entender, ya que Muñoz es el campeón de Europa de los 50 mariposa, doble medallista en un mundial y tiene el récord del mundo de esa distancia. El equipo masculino se redujo a dos nadadores: Wildeboer y el bracista Melquiades Álvarez, algo que dice bastante del nivel internacional de la natación española.
En los campeonatos clausurados solo Mireia Belmonte en los 400 metros estilos y Aschwin Wildeboer en los 50 espalda, ambos en la última jornada, se han acercado a las medalla con dos cuartos puestos.
Melanie Costa en los 200 y 400 libre; Erika Villaecija, en el 1.500 libre; y Merche Peris, en los 50 espalda, también fueron finalistas.
El equipo de waterpolo masculino quedó quinto en Shanghái perdiendo la plata de Roma, en cuya final cayó entonces ante Serbia en los penaltis.
La sincronizada también bajó su nivel respecto a 2009, si bien se vio perjudicada por la parcialidad de los jueces a la hora de puntuar a China, que sistemáticamente sacó durante la semana de competición a las nadadoras de Anna Tarrés del segundo escalón del podio.
El único oro en Roma en la final de combo en sincronizada se quedó en Shanghái en un cuarto puesto.
El propio director técnico del equipo de natación, Luis Villanueva, lo reconoció al término de la competición.
“No podemos estar contentos”, dijo, aunque intentó destacar la parte positiva: “En Roma hubo un 27 de mejora de marcas, aquí un 55. Las mismas finales y las mismas semifinales, pero ocho han entrado en una final o en una semifinal, entonces fue el 50 por ciento del equipo y aquí (en Shanghái) el 80% del equipo”.
“Hay datos positivos, pero teníamos que haber nadado otras tres finales, tenemos que seguir trabajando de cara a los Juegos Olímpicos de Londres 2012”, el objetivo que se puso Villanueva cuando en 2009 se hizo cargo del equipo.
En conjunto, el equipo español que reúne a cinco disciplinas olímpicas, natación, sincronizada, saltos, waterpolo y natación en aguas abiertas, ha bajado su nivel respecto a los últimos mundiales celebrados en Roma en 2009 y ha vuelto a depender casi en exclusiva de la sincronizada, tal y como sucedió en Montreal 2005 y Melbourne 2007, donde no se subió al podio ni en natación ni saltos.
En Montreal a las medallas de la sincronizada hay que sumar la de David Meca, oro en los 25 kilómetros en aguas abiertas, y en Melbourne la de bronce de waterpolo.
En la piscina olímpica de la capital italiana Rafa Muñoz, ausente en China por no haber hecho la mínima, subió dos veces al tercer escalón del podio en los 50 y 100 mariposa y Aschwin Wildeboer en los 100 espalda.
Una decisión difícil de entender, ya que Muñoz es el campeón de Europa de los 50 mariposa, doble medallista en un mundial y tiene el récord del mundo de esa distancia. El equipo masculino se redujo a dos nadadores: Wildeboer y el bracista Melquiades Álvarez, algo que dice bastante del nivel internacional de la natación española.
En los campeonatos clausurados solo Mireia Belmonte en los 400 metros estilos y Aschwin Wildeboer en los 50 espalda, ambos en la última jornada, se han acercado a las medalla con dos cuartos puestos.
Melanie Costa en los 200 y 400 libre; Erika Villaecija, en el 1.500 libre; y Merche Peris, en los 50 espalda, también fueron finalistas.
El equipo de waterpolo masculino quedó quinto en Shanghái perdiendo la plata de Roma, en cuya final cayó entonces ante Serbia en los penaltis.
La sincronizada también bajó su nivel respecto a 2009, si bien se vio perjudicada por la parcialidad de los jueces a la hora de puntuar a China, que sistemáticamente sacó durante la semana de competición a las nadadoras de Anna Tarrés del segundo escalón del podio.
El único oro en Roma en la final de combo en sincronizada se quedó en Shanghái en un cuarto puesto.
El propio director técnico del equipo de natación, Luis Villanueva, lo reconoció al término de la competición.
“No podemos estar contentos”, dijo, aunque intentó destacar la parte positiva: “En Roma hubo un 27 de mejora de marcas, aquí un 55. Las mismas finales y las mismas semifinales, pero ocho han entrado en una final o en una semifinal, entonces fue el 50 por ciento del equipo y aquí (en Shanghái) el 80% del equipo”.
“Hay datos positivos, pero teníamos que haber nadado otras tres finales, tenemos que seguir trabajando de cara a los Juegos Olímpicos de Londres 2012”, el objetivo que se puso Villanueva cuando en 2009 se hizo cargo del equipo.
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