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Navalcardo

Berges

En nuestras calles permanece su obra civil, uniendo el apellido Berges a la arquitectura del Jaén nuestro de cada día

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  • Acto de homenaje al arquitecto Luis Berges Roldán. -

Cuatro décadas han pasado desde que los Baños Árabes de Jaén recibieran la Medalla de Honor de la Asociación Europa Nostra, efeméride que en este trimestre la Diputación Provincial conmemora por todo lo que supuso en su momento y sigue suponiendo para Jaén.

Y dentro de todo ello, la pasada semana se rindió honores al arquitecto Luis Berges Roldán. Artífice de la recuperación y restauración de los Baños Árabes, uniendo su nombre a partir de ahora de forma permanente a la Sala de Exposiciones Temporales con que cuenta el Palacio de Villardompardo.

Un reconocimiento social que ha podido disfrutar en su casi centenaria vida. Uno más que se suma a los que han ido llegando en los últimos años, como la concesión de la Bandera de Andalucía a toda una trayectoria, que recibió el 25 de febrero de 2022 de manos de la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía y que llegado el momento, puso en pie a todo el Aula Magna de la Universidad de Jaén. Fue emocionante vivir ese momento en que la sociedad jiennense ovacionaba a uno de los hijos de esta tierra más notables. Por su trayectoria profesional y por su legado, pero también por la admiración que despertaba y sigue despertando su afán por mantener una vitalidad intelectual que le lleva a seguir creando.

En nuestras calles permanece su obra civil, uniendo el apellido Berges a la arquitectura del Jaén nuestro de cada día, sin que las generaciones actuales a veces tengamos verdadera consciencia que muchos espacios de Jaén llevan la firma de su autoría como si la tenemos de Vandelvira cuando nos aproximamos a nuestra Catedral.

También en muchas de nuestras casas permanece su otra obra: la literaria y gráfica. Su “Dibujando en Jaén”, al alimón con el inolvidable Rafael Ortega y Sagrista, nos abre los ojos al retrato intimista de este Jaén plagado de palacios, cuestas, callejones, suelo empedrado, plazoletas y edificaciones que parecen desparramarse bajos pies del cerro de Santa Catalina y esconderse en ese viejo Jaén que cautiva.

Muchas voces de un tiempo a esta parte, y cada vez con más insistencia, apuntan a la concesión de la Medalla de la Ciudad de Jaén y el nombramiento de Hijo Predilecto a su persona porque los méritos y sobradas razones así lo justifican. Este olvido viene a demostrar lo poco que a veces Jaén se quiere a sí misma, postergando un reconocimiento que no termina de llegar o a veces se queda por el camino hacia aquellos jiennenses sobresalientes en diferentes parcelas de la vida.

A diferencia de otras capitales andaluzas donde se tiene establecido un día al año para la concesión de sus máximos honores hacia aquellos vecinos y paisanos que lo merezcan, aquí no existe ese día fijado en el calendario. Sólo surge de cuando en cuando y a cuentagotas. Quizás por eso ocurran estos olvidos y descuidos hacia aquellos jiennenses que merecen el aplauso sincero de todo Jaén, dejando pasar el tiempo y desinflando un autoestima colectivo que está necesitado de mirarse en el espejo de grandes referentes de Jaén como lo es y lo será Don Luis Berges.

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