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Los aprendices de brujo de Grecia

Los historiadores distinguen entre revueltas y conspiraciones. Las revueltas son espontáneas y no van más allá del asalto a las panaderías y tiendas de alimentos, no asaltan a los aparatos de Estado como señalan los marxistas...

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Los historiadores distinguen entre revueltas y conspiraciones. Las revueltas son espontáneas y no van más allá del asalto a las panaderías y tiendas de alimentos, no asaltan a los aparatos de Estado como señalan los marxistas. Las conspiraciones, independientemente de que triunfen o no, son movimientos organizados que cuentan con unos dirigentes, unas directrices y unos objetivos. La crisis griega en ¿qué categoría la clasificamos? Los sucesos griegos comenzaron siendo revueltas espontáneas, grupos de estudiantes alternativos y antitodo(anarcos, antisistemas, antiglobalización, extremaizquierda violenta, de todo un poco), muestran su indignación por la muerte de un compañero, arrasan con todo lo que encuentran a su paso, las pérdidas suman algunos cientos de millones de euros y continúa con grandes manifestaciones en contra del gobierno orquestadas por los sindicatos y partidos de izquierda. Su finalidad está clara, desgastar al Gabinete de Constantino Karamanlis mediante la protesta en la calle y así conseguir un adelanto electoral o avanzar en las próximas elecciones. La izquierda griega ha repetido la historia del aprendiz de brujo que se puso a experimentar y no pudo controlar los resultados que se le fueron de las manos y contrarios a sus intereses.

Socialistas y comunistas griegos repitieron el cuento de La Lechera pero en versión política del siglo XXI. Apoyamos a los alternativos que por sí mismos no alcanzan sino a unos cientos de jóvenes, salimos en las fotos y rentabilizamos las protestas de cara a los próximos comicios. Calcularon mal. El movimiento antisistema no se dejó engatuzar y siguió con sus protestas violentas sin pararse en nada. La situación se le puede volver en contra a los aprendices de brujo ya que la violencia continuada asusta a las clases medias que acabarán apoyando a partidos de orden como el de centroderecha griego de Kostas Karamanlis.

Los analistas de otros países europeos advierten con numerosos ejemplos dónde puede acabar Grecia. Unos analizan los sucesos del Mayo 68, otros las revueltas de las universidades californianas pero todos concluyen que la revolución sin programas en los que interesar a la mayoría de la ciudadanía son contraproducentes. Karamanlis de entrada se ha adelantado a los acontecimientos y ha presentado una línea de subvenciones para que el comercio pueda reconstruir sus establecimientos. La clase media respira aliviada, puede hacerle frente a la destrucción con la que le ha castigado el movimiento alternativo, ni que decir que no tardará por premiar a su bienhechor. Por eso, los observadores no paran de advertir, las enseñanzas de las luchas políticas anteriores no podemos despreciarlas, Mayo del 68 constituyó una revuelta que se volvió contra los que lo promovieron, “movimiento gratuito y estéril” lo califican los politólogos. De Gaulle triunfó en las elecciones posteriores al Mayo 68. Todavía dan un paso más, desde entonces la izquierda no ha dejado de perder hegemonía cultural e ideológica sobre sus bases tradicionales, hasta dilapidar sus redes de confianza y capital social. Ha basado toda su estrategia en la política espectáculo y ha olvidado el refuerzo organizativo el análisis político y la lucha ideológica.

Zapatero constituye una excepción de la izquierda europea porque ha logrado con rara habilidad dar un mensaje a la carta pero con una ausencia total de un contenido teórico. ZP le ofrece a cada colectivo lo que quiere oír aunque después se olvide de sus promesas. En su discurso se olvida por completo de la ideología y del estudio político. Su contenido es hueco, vacío, inane, pura palabrería retórica pero prende porque el continente es mediático y aparentemente progre. A la vez sataniza al contrario con una contundencia y una eficacia que para sí hubieran querido Josep Goebbels, ministro de propaganda de Hitler. Es capaz de culpar de los fracasos del Gobierno a la oposición, pero lo más perverso es que la gente se lo cree. No me resisto a poner un ejemplo, el Ejército español se encuentra en medio de la guerra de Afganistán que para ZP significa, en misión de paz.
Rodríguez Zapatero en el pecado lleva la penitencia, su forma de gobernar y su mensaje no es extrapolable, no se puede aplicar por otros partidos socialistas de Europa que no cuentan con unos movimientos pacifistas, ecologistas y sindicales tan domesticados como los españoles, ni con una afición tan forofa.

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