El Valencia recuperó la felicidad con cuatro goles de Roberto Soldado al Getafe, que puede acabar la jornada muy cerca de los puestos de descenso.
El Valencia recuperó la felicidad con cuatro goles de Roberto Soldado al Getafe, que puede acabar la jornada muy cerca de los puestos de descenso después de ganar un sólo partido oficial desde que comenzó 2011.
Antes del pitido inicial, las urgencias habían llamado a las puertas de los dos equipos. El Valencia, desde la eliminación de la Liga de Campeones ante el Schalke 04 alemán, no conseguía levantar cabeza, mientras que el Getafe sumaba una única victoria, ante el Deportivo, en los últimos catorce encuentros, uno de ellos de Copa del Rey contra el Betis de Segunda División.
Con ese guión, y con muchas bajas por lesión en cada equipo, saltaron las dos escuadras al césped del Coliseum Alfonso Pérez, un estadio que históricamente no se le ha dado nada bien al conjunto de Unai Emery. De los seis enfrentamientos anteriores, el Valencia sólo había ganado uno, perdido cuatro y empatado otro.
Míchel sorprendió colocando en el centro del campo a Pedro Mosquera. Junto a Borja Fernández, que a juicio del técnico madrileño se ganó el puesto ante el Barcelona en la pasada jornada de Liga, manejaron las riendas del juego local ante la mirada desde el banquillo de Javier Casquero.
Entre los dos pudieron controlar el partido para el Getafe durante los primeros 15 minutos. Mosquera estuvo inspirado en un par de acciones que conectaron perfectamente con Manu del Moral. En la primera de ellas, un taconazo suyo dejó un buen balón al jienense para hacer el primer gol del partido.
Poco después, un buen pase del canterano del Real Madrid propició el segundo y último acercamiento del Getafe en los 45 minutos iniciales. De nuevo fue Manu el receptor de la asistencia, pero en esta ocasión, César acertó sacando una buen guante.
A partir de ahí, el conjunto de Míchel cedió todo el terreno a su rival. El Valencia comenzó a carburar y con la posesión del balón arrinconó al Getafe en su parcela del campo. En ese tiempo, fue el argentino Daniel "Cata" Díaz quien sostuvo a los "azulones". El central se mostró muy fuerte atrás y pudo suplir las carencias de una defensa que estuvo muy blanda.
En esas circunstancias el Valencia pudo empatar antes del descanso con un doble remate de Roberto Soldado y del argentino Tino Costa que salvó con muchísimos apuros Óscar Ustari. A esas alturas del choque, en el minuto 30, Mosquera y Borja se habían diluido como un azucarillo. Además, Dani Parejo, una vez más y van muchas, andaba desaparecido.
Así se llegó al descanso, que tuvo su justa prolongación con una primera jugada valencianista que supuso el empate. Lo hizo Roberto Soldado, antaño ídolo por el Coliseum y convertido en villano con el gol del empate.
Y de villano, pasó a ser un auténtico ogro. Soldado se cebó con sus ex compañeros. Lo hizo con respeto, sin celebrar los goles. Pero no tuvo compasión. A los quince minutos de la segunda parte marcó el segundo aprovechando un buen pase en profundidad del brasileño Jonas; instantes después hizo su "hat trick" con un gol de auténtico cazador del área; y el cuarto llegó entre los aplausos de la que fue su anterior afición.
Él solo se bastó para acabar con un equipo en el que se tienen que haber encendido todas alarmas. El tanto postrero del canterano Adrián Sardinero fue una anécdota porque el Valencia recuperó la felicidad mientras que el Getafe poco a poco se va hundiendo en un pozo muy oscuro. Cuando acabe la jornada, el descenso puede estar a dos puntos. Y todavía tiene que enfrentarse a un calendario muy duro: Sevilla, Real Madrid y Villarreal, entre otros, esperan al equipo de Míchel.