Cuando niño, cada cierto tiempo, el cine de mi pueblo proyectaba Los guerrilleros, con Manolo Escobar y Rocío Jurado. La película se había rodado allí mismo en 1962 y la gente llenaba el patio de butacas cada vez que la reestrenaban: algunos por verse de extras, otros para identificar los rincones utilizados durante el rodaje. Hasta hace bien poco, que cualquier ciudad o pueblo de Andalucía se convirtiera en el escenario de una película era algo muy ocasional y, definitivamente, anecdótico; a excepción de Almería y durante la década dorada del spaguetti-western.
Todo cambió con un amanecer, el de Trebujena, donde Steven Spielberg encontró en 1987 el escenario perfecto para rodar El imperio del sol. Desde entonces, Hollywood no ha dejado de situar secuencias de sus superproducciones en suelo andaluz, de Star Wars a las sagas de 007, Indiana Jones o Misión Imposible, y el eco ha llegado igualmente a las plataformas en streaming, con series como Juego de tronos o The crown. Según la Andalucía Film Commission, cuya labor ha sido fundamental en el transcurso de la última década, solo durante 2022 se desarrollaron más de 1.400 rodajes en nuestra comunidad autónoma, lo que ha impulsado igualmente una floreciente industria audiovisual andaluza, inmersa en los equipos de producción llegados desde el extranjero.
En paralelo, y aunque no quepa hablar de un “cine andaluz” –con identidad propia-, ha emergido el talento de una notable generación de cineastas andaluces con estilo propio –identificación autorial reconocida con los premios Asecan-, liderada por Benito Zambrano (Solas), Alberto Rodríguez (7 vírgenes, After, Grupo 7, La isla mínima –todas ellas rodadas en Sevilla-), Manuel Martín Cuenca (La hija, El amor de Andrea –rodadas en Jaén y Cádiz, respectivamente) y Paco Cabezas (Adiós –rodada en Sevilla-), a los que hay que sumar los nombres de Paco León, Santi Amodeo, Juan Miguel del Castillo, Laura Hojman, Paola García Costas o Remedios Álvarez, sin olvidar tres nombres propios más, el de los veteranísimos Gonzalo García Pelayo (Manuela, cinta mítica de la transición) y Josefina Molina (Esquilache, Función de noche), y, por supuesto, el de Antonio Banderas, que a su regreso de Hollywood eligió su Málaga natal para adaptar la novela de Antonio Soler, El camino de los ingleses.
Y no solo se trata de hacer películas y series, sino de promocionarlas, de reivindicarlas, a través de la singularidad de espacios tan relevantes como los de diferentes capitales andaluzas, que han hecho del cine asimismo una seña de distinción de la mano de festivales ya consagrados como el de Málaga, dedicado al cine español y en español, el de Sevilla, de cine europeo, el Iberoamericano de Huelva y, más recientemente, el South Series Festival, que se acaba de celebrar por primera vez en Cádiz.
Fotos:
-Almodóvar en el rodaje de Extraña forma de vida, en Almería
-Rodaje de la serie The Crown en Bolonia
-Los protagonistas de El verano que vivimos en las bodegas González Byass de Jerez
-El equipo de Grupo 7, rodada y ambientada en la Sevilla de la Expo.
PDF:
Portada de Viva Jerez de noviembre de 2022 con un plano de la serie The Crown rodado en el Alcázar de Jerez, reconvertido en Egipto.