De hecho, era la segunda campaña que se realizaba en ese lugar concreto del yacimiento, en la fortaleza que todas las investigaciones apuntan a que tiene un origen medieval. De hecho, ya se conocía que el castillo, al menos en su perímetro exterior incluyendo las torres, fue construido entre 1200 y 1300, aproximadamente. Campaña que ha contado con el apoyo de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía y con el objetivo de poder poner en valor esa parte del yacimiento.
Lo que sí han logrado las excavaciones es concretar más de lo conocido acerca de la zona del patio de armas sobre la que se ha actuado, sobre todo del patio central del castillo (hecho con pavimento de losas de piedra) y las estancias circundantes. Podría datarse su construcción en el siglo XV, prácticamente doscientos años más tarde que la fortaleza exterior. Excavaciones que también han dado luz a la entrada al castillo, su organización interior y la posible, aunque no cierta existencia de un foso en sus lados Sur y Este.
Así, rodeando a esa zona central, se han encontrado una serie de habitaciones o estancias (crujías), algunas de las cuales están comunicadas entre sí y cuyo pavimento, no hallado, se especula que podría ser de una construcción anterior a la de los propios habitáculos, algunos de los cuales se han perdido, parece que definitivamente, por el paso del tiempo o por otras excavaciones.
POR FASES
Hasta el momento, los hallazgos arqueológicos casi permiten asegurar que el castillo medieval del yacimiento de Torreparedones fue construido en dos etapas distintas. La primera (siglo XIII como ya se ha apuntado anteriormente), incluiría la edificación de los muros exteriores y la conocida como Torre de la Fortaleza, mediante el uso de mampostería con mortero de color amarillo. La segunda fase de construcción correspondería a los espacios y habitaciones igualmente descritos, a la zona intramuros del castillo, en definitiva.
Dudas
Los trabajos de los cuatro meses se dirigieron igualmente a la zona exterior del acceso oriental de la fortaleza. En este caso, los resultados obtenidos no puede decirse que hayan sido tan positivos como en el patio de armas, porque se podría deducir que han dejado más dudas que certezas. O, cuando menos, no han despejado aquéllas.
No queda claro que exista un foso en el perímetro, o parte de él, del propio castillo, mas tampoco podría descartarse, especialmente por algunos datos que apuntan a la existencia de ese elemento tan característico de algunas fortalezas, en la zona Este y Sur del castillo medieval.
El patio con aljibe y un desagüe pluvial
El patio de armas, que ha quedado completamente descubierto tras los trabajos, dispone de un espacio abierto de unos 50 metros cuadrados, destacando el pavimento que forman losas de piedra, de tamaños y formas irregulares. En ese mismo lugar, se encuentra relativamente conservada, la bóveda del aljibe, habitual en los castillos medievales y que fue descubierta y recuperada en anteriores campañas de investigación. En el centro se ha documentado un desagüe-sumidero circular de medio metro de diámetro que recogía las aguas pluviales ayudándose para ello de la inclinación convergente de las diferentes zonas del pavimento de losas. De la investigación se deduce la probabilidad, no confirmada del todo, de que este desagüe estuviera conectado a una canalización subterránea, del siglo XV, que desde el patio atraviesa el acceso del castillo. Datado que podría desprenderse de algunos restos hallados en otras excavaciones arqueológicas, como podrían ser elementos cerámicos con formas propias de esa época de la historia, e incluso una moneda encontrada en la zona (una dobla de rombo de Enrique IV fechada en torno a 1472). Además, los expertos han encontrado documentación sobre las reformas que el Conde de Cabra hizo en la fortaleza allá por el año 1470.