José Nicolás Orce González, nació en Almuñécar, Granada. Es hijo de Pepe Orce Joya y Joaquina González Díaz. Hizo la EGB en colegio La Santa Cruz del barrio de San Sebastián de Almuñécar y el instituto en el Antigua Sexi. En la Universidad de Granada se licenció en Física Fundamental y posteriormente se doctoró en Física Nuclear Experimental por la Universidad de Brighton en Reino Unido. Es Catedrático de Física Nuclear de la Universidad del Cabo del Oeste en Sudáfrica y es el principal investigador del sistema de detectores GAMKA y el director de los laboratorios MANDELA. Para la construcción de estos laboratorios le concedieron 3 millones de euros. Nico Orce es autor de más de 150 artículos científicos en revistas de prestigio internacional. Ha investigado y ha sido invitado a dar conferencias y clases de física en los 5 continentes. Ha dado conferencias y seminarios en el CERN (Consejo Europeo de Investigación Nuclear), en las Universidades de Cambridge, Oxford, NotreDame y Yale. Ha cantado en el coro de Oxford y comido cochinillo con el primer ministro británico.
Una cubeta de agua de la playa San Cristóbal sería suficiente para iluminar Almuñécar entera durante mucho tiempo y otra cubeta para hacer funcionar una planta desalinizadora de alto consumo eléctrico. Como veis, mi trabajo sirve para abrir las puertas del cielo.En la actualidad es el líder de experimentos y observaciones astronómicas aprobados en los mejores laboratorios y telescopios construidos por el hombre: CERN, TRIUMF, SALT. Ha graduado a más de 20 estudiantes de máster y doctorado. Sus estudiantes trabajan en la enseñanza de ciencias y matemáticas e industrias del diamante, comunicaciones, macrodatos, energía y alguno, hasta ha llevado la electricidad a su pueblos para orgullo a sus gentes.
-Venga dinos la verdad, aquella frase en el campo de futbito del instituto Antigua Sexi de Almuñécar, que decía en letras blancas y grandes: ‘Ser el mejor no lo es todo, pero alguien tiene que serlo. Sharanbuyeiros’ ¿La escribiste tú?
Si creéis en esas legendas urbanas, dicen que esa frase vaticinadora la pintaron dos ‘Caballeros de las Manchas’, de cuyo nombre no quiero acordarme. Dicen que ni siquiera se acordaron de traer una brocha, así que en su lugar utilizaron las hojas de los chirimoyos y nísperos que crecían al lado del campo de futbito. Dicen que se rasgaron enteros los pantalones de ninja en la cancela de hierro y escondieron las ropas destrozadas y manchadas de pintura hasta el corvejón para que nadie pudiera asociarlos con tal fechoría. Que los pantalones posiblemente sigan enterrados al fondo a la izquierda del campo grande del instituto. La alternativa, que creyeron mas válida en aquel tiempo, fue salir en calzoncillos lo más veloz posible hasta llegar al camino oscuro que conectaba estratégicamente el instituto con el Río Seco. Parece ser que nunca fueron reconocidos, posiblemente gracias a que también llevaban puesto un sotocasco, el cual les complicaba sobremanera ver los muchos bollos y chirimoyas verdes que colgaban y adornaban susodicho camino. Que gracias a Dios, el coche que los esperaba estaba lleno de ropa sucia, y consiguieron enrollarse unas sábanas manchadas que no olieran demasiado. Para no levantar sospechas, dicen que contaron a sus madres que se habían disfrazado de Julio César para una comparsa de Romanos del instituto. Parece ser que aquellos ‘Caballeros de las Manchas’ viven ahora en países muy muy lejanos, pero que siempre – siempre – se rigen por tal alto lema que escribieran justo antes de dejar el instituto, en aquel campo de futbito: ‘Ser el mejor no lo es todo, pero alguien tiene que serlo’. Algunos dicen que lo consiguieron. Otros que sólo era eso, una legenda urbana. Pero lo único que puedo deciros con certeza, es que se escribe “Sharambulleiros”!
-Lo primero es desligar dos palabras que van tristemente unidas y creo que es nuestra obligación, más tuya que mía, desmitificarla. Separar nuclear de bomba. ¿Qué es un físico nuclear, qué hace, qué investiga?
Esta claro que la ciencia es poder y muchas veces se financia para mantener o ampliar ese mismo poder. No es el caso de España, donde no se financia la ciencia seguramente por no molestar. Dice un proverbio budista que a cada hombre se le dan unas llaves para abrir las puertas del cielo, pero que las mismas llaves abren también las puertas del infierno. Yo estudio cómo los núcleos (con sus protones y neutrones) se comportan colectivamente -de hecho he descubierto nuevas formas colectivas nucleares -y cómo éstas formas colectivas pueden explicar la creación de los elementos que vemos a nuestro alrededor -ese oro, esa plata, ese plomo -a través de explosiones estelares. Esta información nos ayudará un día a domar la energía de las estrellas, de nuestro sol, aquí en la Tierra. Una energía segura y suficiente a través de la fusión nuclear que perdurará hasta el fin de los tiempos. Para que se entienda un poco, una cubeta de agua de la playa San Cristóbal sería suficiente para iluminar al pueblo entero durante mucho tiempo y otra cubeta para hacer funcionar una planta desalinizadora de alto consumo eléctrico. Como veis, mi trabajo sirve para abrir las puertas del cielo. Y también para decirle a los políticos en un futuro, donde se pueden meter la presa de Rules. (sonrisa picaresca)
-Eres catedrático de física nuclear de la Universidad del Cabo del Oeste en Sudáfrica. Me viene a la mente aquella conversación en ‘Pretty Woman’ donde Bibian (Julia Robert) le dice a Eduard (Richard Gere) -¿”tú hasta donde estudiaste”? Y él le contesta, -“estudie hasta el final”. Claro eso en tu caso no sirve, porque sigues estudiando y la investigación y la innovación las podemos llevar al infinito. Cuéntanos en qué estás ahora.
Muy bien, ahí se puede ver claramente lo ‘pringao’ que era Eduard antes de conocer a Bibian :-) Está claro que Antonio Machado sabía más del tema. Caminante no hay camino, se hace el camino al andar. Lo bonito es ese camino que se recorre, no es el destino final. Aunque siempre hay que tener la ilusión por llegar a un destino, a esa Ithaca de Cavafy (que no de Gadafi). En lo referente a la pregunta, primero te lo voy a resumir humildemente a lo Gladiator.
Hace poco eligieron un artículo científico mío en la World Scientific -una de las editoriales líderes en el mundo - como una de las más destacadas investigaciones de valor permanente y de importancia de los últimos 30 años en la física nuclear.
Este trabajo trata de cómo los núcleos se polarizan -como las gafas de sol- lo cual afecta las abundancias de los elementos que hay en la tabla periódica, y que se producen en las cadenas de reacciones nucleares durante las colisiones de estrellas de neutrones o explosiones de estrellas masivas o supernovas. Yo estudio esas mismas reacciones nucleares aquí en la Tierra utilizando aceleradores de partículas.
También hemos diseñado unos modelos matemáticos para predecir la evolución de cualquier pandemia: la fase exponencial, el pico, y cuando termina. Nos puede incluso decir cuántos muertos había realmente en España cuando Simón anunció la pandemia de coronavirus Covid-19 a principios de 2020. Nuestro estudio dice que todas las pandemias tienen una evolución común con parámetros universales y se publicó en una de las revistas de más impacto y prestigio de las matemáticas, lo que lo llevó a ser parte de la Colección de Emergencia de la Salud Pública en la editorial Elsevier, otra de las editoriales líderes en el mundo.
Hace poco recibí una invitación de la revista Nature -que tiene el mayor impacto de cualquier revista científica en el mundo- para escribir un Comentario sobre cómo estamos haciendo historia y rompiendo ese status quo donde se supone que la ciencia sólo se hace en los países de siempre. No estoy sólo. Tenemos un grupo de colaboradores y unos quince valientes que tienen encargados proyectos míos -de máster, doctorado y postdoctorado- aprobados por los mejores comités internacionales. Hemos construido sistemas enormes de detectores de rayos gamma -como los que había en la película de ‘el increíble Hulk’- que ni siquiera existen en España (lo llamamos GAMKA, el León). Muy pocos que se le pueden comparar en el mundo. Hemos construido, y seguimos construyendo, los laboratorios MANDELA, donde se utilizan conceptos de la física cuántica para crear las imágenes más precisas del cáncer en cuerpos humanos, para lo que utilizamos los sistemas electrónicos digitales más rápidos del mundo.
Si queréis saber más, lo mejor es que vayáis a mi pagina web o a mi canal cañero de YouTube. Suscribiros si queréis saber lo último que hacemos! ;-)
-Ser un científico, físico nuclear no es algo que uno diga de niño… yo quiero ser esto. En este proceso debe haber una inspiración, una persona que marca tu vida, que te incita, que te amina a superarte, a esforzarte a ser el mejor en lo que haces…
Esa pregunta me la hicieron hace tiempo en el colegio mayor del Opus Dei que había en frente de la Facultad de Ciencias en Granada. Mi padre se empeñó que tenía que estar controlado en Granada y llamó a su prima, que tenía muy buenos contactos en el colegio. Estaba todo hecho. Bueno, casi hecho. El día de la entrevista me preguntó el director del colegio -un tío muy serio y formal- entre otras cosas, la pregunta final y decisiva: “¿Qué persona te ha inspirado más en tu vida?” Estaba claro que si querías entrar en el colegio del Opus había que responder Escrivá de Balaguer o como mínimo, Jesucristo. Mi respuesta creo que sorprendió sobremanera al director. Muy serio, le dije mirándole fijamente a los ojos: “Mire usted, compañero, el personaje que más me ha influido en mi vida es sin lugar a dudas Miliki.” Nunca me llamaron, ni llamarían. Recuerdo que unos días antes que empezara la universidad, a finales de Septiembre, mi padre preocupado al no recibir comunicación alguna, fue al colegio mayor y habló con el director. Recuerdo cómo lo esperaba en el coche y después de sólo unos minutos vino con un cabreo enorme y con su voz poderosa -que retumbó en las paredes de la Alhambra y se detectó claramente en la estación sísmica- me dijo: “Dime Nico ¿qué mierda le dijiste al director que dice que los papeles se han perdido? (risas)
Aunque Miliki fuera un grande de España, fue sin duda mi padre -aún más grande- esa fuente de inspiración, esa persona que en realidad me incitó a ser quien soy.
-En abril de 2019 tu padre nos dejó, una gran persona, trabajador, muy conocido y muy querido en Almuñécar. Hasta que la ciencia no demuestre lo contrario, sabemos que es ley de vida. ¿Algo se muere en el alma de los que nos quedamos aquí?
Pues sí, pero su alma siempre vive entre nosotros. Mi padre representaba la esencia de ser, de lo mejor que ofrece el gran pueblo de Almuñécar. Como bien sabes, el fundó la Soledad con mi tito Pepe Gamarra, que tocaba el tambor, cuando sólo eran dos chavales, y más adelante también cooperaba sacando el Resucitado y Santa María del Triunfo en procesión. En la primera, los vecinos del pueblo, escuchando el tambor, salían de sus casas a acompañar a su Virgen y a su Cristo a la luz de las velas, con la emoción de ver cientos de personas fervorosas por las callejuelas del Castillo o iluminando la larga Avenida de Andalucía hasta llegar a su templo. En la segunda, nunca bailó el *Rambito como cuando mi padre estaba coordinando el Domingo de Resurrección. Así era mi padre. A él le gustaban las cosas claras: un día de tristeza, otro de alegría.
En el trabajo, mi padre era posiblemente el mejor fontanero que jamás haya existido. Inventaba sus propias herramientas, que fabricaba él mismo en el taller de sus primos Sáez. Me acuerdo cuando se inventó un super taladro para abrir con precisión milimétrica los agujeros de los sumideros que conectaban los cuartos de baño en el bloque de Carbonell en La Carrera.
En los turnos de la fábrica, que hacía después de su trabajo de fontanero, él llegaba y lo controlaba todo de tal forma que las tachas funcionaban sin problemas durante todo su turno mientras el jugo pasaba a los contenedores donde se fabricaba el mejor azúcar de caña. Lo que le dejaba dormir durante buena parte de la noche. “Para qué lo vamos a despertar si está todo funcionando correctamente”, comentaban entre ellos los jefes de la fábrica.
Conoció a ministros, líderes nacionales de partidos políticos, le ofrecieron la alcaldía del pueblo y la rechazó un día de chotos en el cortijo de don Antonio Capilla, diciéndole con su desparpajo habitual al presidente del partido socialista “No compañero Rubial, los asesores que me dé se irán un día, pero yo me quedo”. Era el precio de la libertad.
Cenó también con líderes del otro bando, con Manuel Fraga y Antonio Hernández Mancha. Le hizo el chalet al presidente de la UNESCO en Salobreña, al que enseñó a comer espetos de sardina. “¡Al hocico don Federico!”, le animaba.
Una vida espectacular, pero no sólo para sí mismo, sino para todos los que tuvimos la suerte de compartirla con él. No sólo en Almuñécar, también allá donde se produjeran los mejores productos culinarios. Muchas veces nos perdíamos por aquellos pueblos de La Alpujarra preguntando por tal y cual señora que preparaba los mejores chorizos y salchichones. Mis hermanos y yo siempre mantenemos esa tradición. También formaba parte de su idiosincrasia aquel lema que alguien escribió un día de junio de 1991, en una tarde noche de Luna llena, en el campo de futbito del instituto. ‘Ser el mejor no lo es todo, pero alguien tiene que serlo.’
*Rambito: apodo cariñoso con el que se conocía la talla del primer Cristo Resucitado que llegó a Almuñécar. Su apodo era porque su musculatura y abdominales marcados recordaban a cuerpos muy trabajados deportivamente. Se sustituyó por el actual.
- ¿Crees que los científicos descubriréis el proceso de la vida y lograréis detener el envejecimiento de las células y que seamos inmortales o esto lo dejamos al cine y a la literatura?
Tengo un artículo en Physics Letters de la editorial Elsevier que trata sobre este tema. Por cierto, esta es la revista donde el Centro Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN) publica sus mejores descubrimientos, como el del bosón de Higgs, que explica cómo se origina la masa en el Universo. Ese artículo, que por cierto mandé desde la biblioteca de Almuñécar, trataba de medir la forma que tiene el núcleo del carbono. ¡Imaginaos que podamos medir la forma de algo que sólo tiene unos 0,0000000000006 centímetros de diámetro! Pues eso, descubrimos que el núcleo de carbono tenía una forma oblata o de lenteja con la ayuda de uno de los sistemas de detectores de rayos gamma más potentes del mundo. La Tigresa en el TRIUMF (Vancouver, Canadá). Lo del carbono es algo insólito que me gustaría contaros. Para que exista – de forma que tú y yo existamos – tiene que darse una circunstancia inverosímil. El carbono se forma a través de la fusión de tres núcleos de helio y en este proceso se emite una energía conforme a la famosa ecuación de Einstein, E=mc2. Ahora, lo increíble está en que esa energía coincida precisamente con la energía de un estado excitado del carbono, lo que hace que éste entre en resonancia y se produzca en abundancia. Si no es por este estado, que se llama Hoyle, por su descubridor, no habría vida como la que vemos en nuestro planeta basada en moléculas de carbono. La forma de lenteja que medimos confirmó los distintos modelos nucleares que predecían que el carbono se producía a través de esa unión de tres núcleos.
Lo de detener el envejecimiento de las células y que seamos inmortales es algo que lo dejamos a biólogos como mi mujer, Uljana Hesse, ingeniera agrónoma y doctora en biología molecular. Yo personalmente creo que lo que nace, simplemente muere y se recicla en otra forma de vida. Es parte del ciclo de la vida que vemos tanto aquí en la tierra como en las estrellas y el universo en general. Pero otra forma de ser inmortal es la de dejar una huella, una marca histórica durante la vida de uno, que se recuerde para siempre. Esa inmortalidad es la que a mí me interesa.
- Sabes que es labor de un periodista indagar en la vida de un entrevistado. Así que en mi investigación para sacar el mayor jugo a esta entrevista encuentro esta frase en tu currículum. ‘La investigación de Nico Orce, incluye el estudio de las estructuras agrupadas en núcleos para dilucidar el origen de la vida, la abundancia de elementos en el Universo, la existencia de excitaciones nucleares colectivas y el desarrollo de nuevos modelos nucleares’. Así que la pregunta que me viene a mente es ¿En serio haces tú esto?
Es importante que la gente sepa distinguir la verdad de la mentira. La verdad, como la ciencia, sólo sabe de hechos contrastados. La mentira se alimenta de palabrería y demagogia. Como decía Mefistófeles, el diablo en el Fausto de Goethe, “Desprecia la razón y la ciencia… y serás incondicionalmente mío”. Una buena parte de mis logros la tenéis en el Google Scholar Citations, que es una base de datos con mis artículos científicos. Unos ciento cincuenta en total. Pero el número no es tan importante como lo son la calidad y el impacto que tienen los trabajos que lideras. Hay otros hechos que también se tienen en cuenta: ¿Has construido algún instrumento o laboratorio para avanzar la ciencia? ¿Has trabajado en los mejores laboratorios del mundo? ¿Han triunfado tus estudiantes de máster y doctorado en la investigación e industria? ¿Te invitan a dar escuelas de física y conferencias? ¿Tienes reconocimiento internacional? Aquí no lo podemos describir todo en detalle, así que diremos lo que el Dr. Venkman en los Cazafantasmas: "Ray, si alguien te pregunta si eres un dios di que sí! "Risas.
Bueno, os cuento un par de ellas sobre reconocimiento internacional. Estaba en Vancouver (seguro que os acordáis cuando salí por Andaluces por el Mundo), cuando llega un nuevo investigador a los laboratorios TRIUMF y me introduce un colega: “Éste es Nico Orce”. El investigador abre bien los ojos y pregunta: “¿El mismo J. N. Orce que escribió el artículo sobre el isospin en los tripletes de isómeros isobáricos y el que midió las vidas medias de los estados excitados del escandio-42?” “¡Sólo hay un J. N. Orce!” le responde mi colega. El nuevo investigador me confiesa con admiración sana: “En esos artículos suyos basé mis propuestas científicas en Nueva Delhi.” Le miro al alma con los ojos entrecerrados, como si me cegara el sol y me introduzco. “Sí, soy J. N. Orce. He medido vidas medias y propiedades electromagnéticas en la mayoría de los núcleos, desde los más ligeros a los más pesados. Y ahora estoy aquí para darte la bienvenida”. No recuerdo si escupí tabaco en el suelo y me bebí un whisky al trago, pero sí que muchos se escondieron detrás de las mesas.
Pero vamos juntos hasta Italia. Allí en la misma Venezia me invitaron a dar una tertulia en una conferencia internacional un mes de mayo de 2019, pocos días después de la muerte de mi padre. Lo tengo preparado, tengo las maletas...y el sombrero de Cocodrilo Dundee que le traje de Australia. Era el único orador del continente africano invitado a dar una tertulia, así que había que hacer un acto espectacular. Uno del que mi padre estuviera orgulloso. El escenario no podía ser más sublime. En frente estaba la Gallerie dell’Accademia donde exponían de nuevo al L'Uomo Vitruviano de Leonardo Da Vinci después de 20 años, para celebrar el 500 aniversario de su muerte. Otro inmortal. Normalmente, por respeto, a esos oradores invitados le dan la mejor sala para que presenten su trabajo. Lo mismo que le dan la pista central a Rafa Nadal en Roland Garros. Pero parece ser que alguien no esperaba mucho del orador africano, y me habían puesto en un programa paralelo junto a un teórico nuclear y el héroe local italiano, que daban sendas tertulias a la misma hora que la mía. A mi amigo italiano por supuesto le habían dado la magnífica Aula Magna. A mí me asignaron la Sala Vivaldi. También bonita pero más escueta y de menores proporciones. Craso error. Que al parecer tiene su origen hace más de 2000 años, cuando el Cónsul Craso perdiera siete legiones romanas contra el imperio parto en la guerra de Carras. También hay esta clase de inmortales que fueron artífices de vergüenzas milenarias. Pues bien, entro en la sala Vivaldi y no hay casi nadie. Pero pronto empiezan a venir. Dos. Cuatro. Veinte. Cuarenta. Cien. No había más sillas y empezaron a traer sillas de la Aula Magna. La sala Vivaldi estaba a rebosar. No cabía ni un alfiler. No se movía un alma, impacientes todos por escuchar una charla única: “¿Cómo inferimos efectos de capas a altas energías de excitación?” que acabábamos de publicar también en el Physics Letters. Dejé con ternura el sombrero australiano en la mesa al tiempo que le mandaba un giño a mi padre, que reía ampliamente. Y me enfrenté a esa audiencia expectante. Muchos estaban genuinamente interesados, pero también estaba el típico sediento de sangre. De fondo sonaba: “Yo sono il capone della mafia. Yo sono il figlio della mia mamma.”
Por cierto, este año me han nominado a los Premios Margarita Salas que se da al mejor científico español fuera de España, y que se da con los premios Nobel en la Academia Real de la Ciencias en Suecia.
- Cuéntanos qué se siente cuando en el proceso de una investigación descubres algo. Cuando eres el primer ser humano en la historia del mundo, en darte cuenta que al investigar partículas nucleares descubres nuevos tipos de excitaciones.
Cuando descubres algo nuevo, que nadie sabe todavía, sientes una alegría y satisfacción enormes. Después claro hay que confirmarlo con otros datos, cálculos y experimentos. Y antes de hacerse público, tiene que pasar por un proceso de peer-review o evaluación paritaria, donde otros científicos lo evalúan con detenimiento. Si confirman el descubrimiento – proceso que puede llevar hasta un año – entonces se publica en una revista científica. El destapar un nuevo secreto de la naturaleza conlleva un gran esfuerzo y sacrificio constante. Para aquellos que quieran saber más, hay un libro ruso muy bonito que ilustra esa cognición de lo desconocido y se llama “El lunes empieza el sábado”. Ahora, hay unos pocos descubrimientos que entran en otra dimensión. Descubrimientos universales que explican un todo, como los de la teoría de la relatividad general de Einstein. son mucho más difícil de lograr y no salen a la luz hasta muchos años después. Einstein, por ejemplo, la publicó en 1915 y no fué hasta el eclipse solar de 1919, cuando se confirmó su teoría viendo como la luz de las estrellas se doblaban al pasar por el Sol, que se ganó la inmortalidad.
- Nico, esto para qué sirve al común de los mortales. En qué puede mejorar nuestras vidas o las vidas de nuestros hijos el objetivo de tus investigaciones. ¿En qué podemos aplicarlo?
Mejorar la localización de canceres en el cuerpo humano es parte de lo que hacemos en los laboratorios MANDELA en mi universidad. Allí utilizamos los sistemas electrónicos más rápidos que existen con el propósito de detectar los rayos gamma de esas sustancias radioactivas que se suministran a los pacientes para escanear con precisión donde está localizado el cáncer. Trabajamos en esto con la Universidad de York en el Reino Unido, líder en este campo, y donde soy Profesor Honorario. También mencionamos antes la fusión nuclear, que nos dará esa energía limpia y casi infinita. Hay muchas aplicaciones más, pero es importante mencionar que la investigación pura y fundamental se hace por el mero placer de descubrir algo nuevo. Las aplicaciones vienen después. Primero se establecen fuertes fundaciones teóricas antes de emprender proyectos científicos de alta envergadura, que conllevan grandes esfuerzos económicos y humanos.
- Te sientes más feliz investigando o en la docencia o más bien son complementarias y te sirve la segunda para descubrir nuevos talentos para la primera.
Las dos van acompañadas. La primera vez que enseñé física a nivel universitario fue en los EEUU, en la Universidad de Kentucky. Le pregunté al catedrático Steven W. Yates – recipiente del prestigioso premio Glenn T. Seaborg de Química Nuclear – que si podía enseñar Mecánica Clásica a los estudiantes de segundo de carrera. Rotundamente me dijo que no. Que si también enseñaba no iba a publicar tantos artículos científicos. Yo le respondí que si daba clases, iba a disfrutar más y esa motivación me llevaría a terminar muchos más artículos. No me creyó, pero me dejó enseñar al final. Pues bien, no sólo enseñé Mecánica Clásica, le siguieron Electricidad y Magnetismo, Astronomía sobre los planetas y el cosmos, me llamaron de otras universidades como Eastern Kentucky University para que también diera clases de Astronomía allí. Los estudiantes me evaluaron como uno de los mejores profesores. Y conseguimos publicar más de 20 artículos científicos que nos llevaron a ser prioridad científica en la Fundación Nacional de la Ciencia (NSF) de los EEUU. Eso es la libertad. Si vales, puedes hacer más o menos lo que quieras. Hace poco vino Steven W. Yates de los EEUU a mi universidad en Sudáfrica. El Decano nos invitó a su oficina y le preguntó a Steve con descaro“¿Así que usted fue el jefe de Nico?” La respuesta fue contundente. Steve lo miró, como si supiera algo que él no. “Déjeme decirle Decano. Nico nunca tuvo jefes”. Steve se merecía beberse un chupito de whisky al tirón.
- Por último, aunque le tiremos un tirón de orejas a los políticos españoles. ¿Por qué no estás en España investigando estas cosas? ¿Nos falta voluntad, formación, un plan nacional de investigación, un CSIC que apueste por la ciencia, la tecnología y la investigación y la doten de presupuesto y medios?
Nuesto pais tiene de los mejores científicos del mundo. El problema está en el nepotismo endémico que viene acompañado de una falta de aptitud y libertad de acción, que crea un Mar de la Mediocridad que se va expandiendo sin parar. Nadie quiere que haya el más mínimo cambio por temor a ser delatados por incompetentes. En un país donde te piden curriculum por cualquier trabajo, me falta saber cual gran hazaña hicieron nuestros líderes políticos. Al revés, el mensaje que se está dando a nuestros hijos, al pueblo en general, es demoledor: Puedes llegar, haciendo relativamente poco, a ser presidente o vicepresidente del gobierno español o a líder de la oposición. Con palabrería y demagogia puedes convencer a algunos, ¿pero cómo vas a motivar a un país entero? ¿Cómo van a creerte si no hay un historial que te avale? Si un día vuelvo a España, será por la puerta grande, siendo un científico con un historial impecable. A una España donde podamos luchar todos juntos por esos sueños perdidos y esa excelencia que merece nuestro país. Si no, prefiero quedarme donde estoy y seguir ayudando a mi universidad sudafricana, de las primeras de color en el país, a seguir creciendo y haciendo mis propios descubrimientos. No es un paso atrás. Sudáfrica me ofrece un laboratorio nuclear a 30 minutos de mi casa, donde ahora tenemos el nuevo sistema de detectores GAMKA – el León – por el que luché 9 años, 4 horas y pico al segundo telescopio más grande del mundo, becas científicas y estudiantes hambrientos por aprender. Y por qué no decirlo, un jardín plantado con limones y una huerta de habas y guisantes para la paella.
Clint Eastwood empezó a llorar en silencio, sin que nadie lo viera, pensando que ya hacía casi dos años que no iba por su casa y cómo echaba de menos la paella de su madre.
Va por ustedes.