El municipio de Oria (Almería) ha inaugurado este sábado la Plaza José Martínez Pérez, en honor al guardia civil natural de esta localidad asesinado, junto a otros cinco agentes, por la banda terrorista ETA en Ispáster (Vizcaya) el 1 de febrero de 1980.
Según relata la Benemérita en una nota de prensa, aquel día ETA perpetró un sangriento atentado dirigido contra la escolta de un convoy, que transportaba armamento de la fábrica de armas Esperanza y Cia compuesto por dos vehículos todoterreno en los que viajaban seis guardias civiles, los vehículos de la empresa y su personal. Fue emboscado y atacado con intenso fuego de fusiles de asalto, metralletas y granadas de mano. Como resultado, fallecieron los seis agentes, entre ellos José Martínez Pérez, natural y vecino de Oria (Almería), que entonces tenía 26 años y justo ese día cumplía tres años de servicio en la Guardia Civil.
Sus padres y un hermano menor del agente asesinado se desplazaron hasta Basauri donde tuvieron lugar los funerales presididos por el Ministro del Interior, unos hechos que impactaron a la sociedad almeriense en toda la provincia y de manera especial en los vecinos de la comarca del Almanzora, donde vivía su familia.
Por ello, en el 40 aniversario de su asesinato, la Guardia Civil y el Ayuntamiento de Oria, en presencia de sus familiares, así como de gran número de vecinos y compañeros en activo, reserva y en situación de retiro, han realizado un homenaje a José Martínez e inaugurado esta plaza en su honor.
En el acto ha estado Blas Martínez, hermano del homenajeado, quien en compañía del alcalde, Marcos Reche, ha descubierto la placa que da nombre a la plaza junto a la vivienda familiar en reconocimiento de la ciudadanía de Oria a su ilustre vecino. En ella se lee 'Esta plaza debe su nombre a José Martínez Pérez, natural y vecino de Oria, guardia civil cobardemente asesinado por la banda terrorista ETA. Entregó su vida en defensa de los demás en febrero de 1980. Descanse en paz. Oria, 29 de febrero de 2020'.
Acto seguido se ha depositado una corona que han portado Blas Martínez y el comandante José García Maldonado, uno de los primeros guardias civiles que acudieron al lugar del atentado aquel febrero de 1980. Para finalizar, se ha realizado una salva de honor y se ha entonado el himno de la Guardia Civil.