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Almería

Golpeó delante de su familia a su pareja hasta que su padre lo detuvo

El acusado ha sido condenado a dos años y diez meses de prisión así como a no comunicarse ni acercarse a la víctima a menos de 500 metros

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El Juzgado de lo Penal número 5 de Almería ha condenado a un joven de 23 años por un delito de violencia habitual y otro de maltrato en el ámbito de la violencia de género después de que golpeara con patadas y cogiera del cuello a su compañera sentimental cuando ambos se encontraban en la casa de los padres de él, de forma que fue su progenitor quien lo detuvo para que cesara en su agresión.

Según la sentencia, consultada por Europa Press y sobre la que cabe recurso ante la Audiencia Provincial, el acusado identificado como S.F.S.A. ha sido condenado a dos años y diez meses de prisión así como a no comunicarse ni acercarse a la víctima a menos de 500 metros por un periodo de seis años.

El acusado comenzó la relación con la víctima cuando contaba con 21 años y "desde el principio" de la misma "empezó a someter a la mujer a un trato humillante y degradante" de forma que la agredía de diversas formas. En este sentido, según recoge la sentencia, llegó en una ocasión a "ponerle una almohada en la cara" sin que la mujer denunciara por "miedo a su reacción".


El fallo señala un capítulo concreto en el domicilio familiar del acusado, ocurrido en junio de 2015 en un pequeño municipio de la Alpujarra almeriense del Valle del Andarax, cuando el condenado comenzó a agredir a su pareja en el salón y comedor de la vivienda delante de los padres de él, "propinándole patadas en el culo y cogiéndola de cuello", hasta que el intercedió para poner fin a la agresión.

La víctima, a la que el acusado deberá además indemnizar con 3.600 euros, sufrió lesiones a nivel dorsal de las que tardó una semana en curar, de forma que tres días estuvo incapacitada. No obstante, y previamente a esta situación, ha estado en tratamiento por trastorno de conducta "a raíz del sufrimiento causado por su relación de pareja".

En sala, la mujer relató que recibió "la primera torta" de su novio antes de que comenzaran a vivir juntos, de forma que "los malos tratos fueron en aumento", tanto en el ámbito físico como sexual, si bien ella no denunció antes "por miedo" y porque el acusado "empezó a meterse con la familia de ella", de modo que la amenazaba con quemar el cortijo de la familia.

El testimonio de la víctima quedó corroborado no solo por los informes de valoración integral de violencia de género y psicológicos, sino también por los mensajes de Whatsapp que el acusado mantuvo con el padre de la víctima, al que le decía que "tenía las manos muy largas y muy mala cabeza".

Igualmente, el juez Manuel José Rey, desecha la versión del acusado, quien se mostró "evasivo" sobre los hechos que tuvieron lugar el día de la pelea en casa de sus padres, con lo que llegó a decir que no recordaba que se diera una riña. "Ni siquiera el acusado ha querido presentar como testigo a su padre, que en teoría intercedió en la agresión, seguramente porque, como dijo [la víctima], el padre se intentaba meter pero 'no había pantalones con él'", recoge el magistrado.

El juez estimó prácticamente en su totalidad las penas privativas de libertad solicitadas por la Fiscalía, que eran de dos años y once meses, puesto que aunque el acusado carece de antecedentes penales, se tuvo en cuenta "la falta de cualquier intento de reparación o reconocimiento" así como los trastornos ocasionados a la mujer.

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