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Almería

Piden 7 años de cárcel para un osteópata acusado de abusar sexualmente de una paciente

Acudió a su consulta para ser tratada de una hernia lumbar a la que habría introducido los dedos en la vagina "de manera sorpresiva" tras haber quedado desnuda

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  • Tribunales. -

La Audiencia Provincial de Almería ha acogido este lunes la vista oral contra un osteópata acusado de abusar sexualmente de una paciente que acudió a su consulta para ser tratada de una hernia lumbar a la que habría introducido los dedos en la vagina "de manera sorpresiva" tras haber quedado desnuda sobre la camilla supuestamente como parte de la técnica a realizar para tratar su dolencia, según ha manifestado el encausado durante el juicio.

La Fiscalía solicita para el acusado siete años de prisión así como otros diez años de libertad vigilada y otros seis de inhabilitación para el ejercicio de la profesión, toda vez que también pide conforme a su escrito, consultado por Europa Press, una indemnización de 6.000 euros para la víctima, que falleció durante la instrucción de causa.

El Ministerio Público ha elevado a definitivas sus conclusiones al entender que la mujer, siguiendo las indicaciones del procesado, se tumbó en la camilla, primero boca abajo con el sujetador desabrochado y a continuación boca arriba ya sin sujetador, "procediendo el procesado a tocarle los senos de manera libidinosa". Asimismo le habría masajeado la zona íntima llegando a introducirle los dedos "manifestándole que tenía el cuello del útero desplazado".

El acusado, quien se enfrenta a un segundo juicio en los próximos días por una denuncia en términos similares de otra paciente, ha defendido durante la vista oral en la Sección Tercera de Almería la praxis ejecutada para abordar la dolencia de la víctima, a la que no hizo firmar ningún tipo de consentimiento informado sobre el tratamiento que tuvo lugar en su consulta el 11 de agosto de 2018.

El hombre ha asegurado en sala que comentó con la paciente en qué consistía el tratamiento, para el que no usó guantes sino "dediles". Asimismo, ha apuntado que no ofreció a la paciente ningún tratamiento menos invasivo ni le ofreció una toalla o una sábana con la que taparse el pecho después de que quedara desnuda sobre la camilla, según su versión, con el sujetador sin abrochar.

Conforme al testimonio ofrecido en fase de instrucción por la víctima y el relato de su cuñada en sala, quien medió para la cita, la manipulación en la zona íntima de la mujer habría ocasionado su sangrado, ante lo que el acusado ha afirmado que el tratamiento se realizó su problemas, de modo que una vez acabado estuvieron "charlando", le ofreció unas "recomendaciones" basadas en el uso de agua caliente para aliviar las dolencias y se produjo el pago "en efectivo" antes de despedirse sin que concertaran una nueva cita.

El hombre ha rechazado que llegara a tapar la boca a la mujer, que la acariciara o le preguntara si le había gustado, toda vez que durante el interrogatorio de su defensa ha indicado que el masaje que se habría prolongado durante una hora acabó con diez minutos de tratamiento en la zona cervical.

Frente a esta versión, la cuñada de la víctima ha narrado que esta le contó que se sentía "mal" por el trato recibido en la consulta, situada en la propia vivienda del acusado, ante "una serie de tocamientos" a la que fue sometida y por los que le pidió "que parara". "Él le puso la mano en la boca y ella sintió miedo", ha asegurado.

Igualmente, ha dicho que la perjudicada le expresó que no se esperaba que el masaje alcanzara la zona genital ni conllevara la introducción de miembros dado que su dolencia se basaba en una hernia discal en la zona lumbar. "No tenía que ver con que le tocara ahí abajo", ha recalcado la mujer, quien para pedir la cita facilitó un informe médico de la paciente.

Durante el juicio las médicos-forenses que han ratificado el informe de exploración de la víctima han manifestado que para este tipo de intervenciones con "maniobras un tanto atípicas" se requeriría la firma de un consentimiento informado, el uso de guantes para la protección de la paciente y el interviniente, así como el uso de una toalla o pieza de tela para cubrir a la usuaria "de la forma más segura y sin que se atente contra su integridad moral".

Igualmente, han opinado que para este tipo de intervenciones se "debe ser diplomado" en fisioterapia ya que, de lo contrario, se incurriría en "intrusismo profesional" dado que "son titulaciones universitarias que necesitan de conocimientos específicos", aunque no han podido precisar si esta es una de las técnicas empleadas para el tratamiento de la hernia discal de la zona lumbar o "una de las últimas recomendaciones en fisioterapia".

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