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Cádiz

La palmera del parque Genovés estaba identificada como de riesgo medio-alto

Sáez manda un mensaje para tranquilizar a la ciudadanía sobre la técnica empleada para comprobar la estabilidad de estas especies

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  • Parque Genovés -

La concejala delegada de Medio Ambiente, Rocío Sáez, ha querido mandar un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía después de la preocupación que ha generado la visualización de la técnica de resistencia en una palmera del parque Genovés para comprobar el estado de la misma tras los últimos temporales.

No debe ser motivo de alarma porque es un método de urgencia y extrema necesidad que se ha llevado a cabo en 44 palmeras de 2.700 que hay en la ciudad y que se realiza para garantizar la seguridad de la ciudadanía”

En este sentido, Sáez ha explicado que con motivo del fuerte temporal de levante que se produjo en la ciudad entre los días 27 de marzo y 4 de abril, con rachas de hasta 90 kilómetros por hora en la zona del litoral, se registraron numerosas incidencias relacionadas con la caída de ramas de árboles y ejemplares de palmeras que colapsaron y se desplomaron. “Afortunadamente no provocaron daños a personas, aun estando la mayoría de ellas ubicadas en zonas muy transitadas. En total, cayeron dos ejemplares en la avenida de la Bahía, uno en la avenida de Bahía Blanca, otro en la plaza de la Constitución, frente a la Subdelegación del Gobierno, y una quinta palmera en Bahía Blanca que se decidió talar por riesgo detectado”.

Asimismo, ha recordado que en los años 2019 y 2020, como consecuencia también de los fuertes vientos de los temporales acaecidos sobre la ciudad en diciembre de 2019 y en septiembre de 2020, se desplomaron dos palmeras datileras de gran altura en la plaza de la Catedral y otras dos en la avenida de la Bahía.

Por todo ello, se tomó la determinación de realizar durante abril y mayo la valoración biomecánica de determinados ejemplares de la ciudad. “Estas actuaciones se han desarrollado por parte del servicio de conservación de la ciudad con el objetivo primordial de adoptar las medidas de seguridad que fuesen necesarias para reducir los riesgos sobre la ciudadanía”, ha expuesto Sáez.

La selección de los ejemplares evaluados se realizó a través del inventario municipal en el que se identifican los que presentan anomalías y defectos en su morfología, hechos estos que pueden comprometer su estabilidad, y que unido a la presencia de factores como una fuerte exposición a los vientos y una localización altamente sensible por tratarse de zonas muy transitadas dieron lugar a la evaluación de un total de 44 palmeras, localizadas en la avenida del Puerto, avenida de la Bahía, plaza de la Catedral, avenida Duque de Nájera (La Caleta) y el Parque Genovés.

Según reza en un informe elaborado por el ingeniero técnico forestal del Área de Medio Ambiente y por el director del Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Cádiz, las pruebas biomecánicas realizadas se basaron en el método de evaluación visual V.T.A. (Visual Tree Assessment), y una vez evaluados los ejemplares en los que se detectaron síntomas, daños y/o anomalías, se optó por aquellos ejemplares identificados como de alto riesgo para realizar pruebas de tracción controlada, procedimiento éste utilizado para detectar el riesgo aparente de caída.

Un método que consiste en colocar la soga de una cuerda en el capitel de la palmera y aplicarle una fuerza suave y ligera con objeto de observar el reparto de la fuerza sobre la superficie de la misma. El movimiento oscilante ayuda a determinar si el grado de riesgo de caída que presenta es asumible o no, y por tanto, debe ser apeado.

“Aunque actualmente existen modernos instrumentos, dadas las especiales características morfológicas de las palmeras, estos instrumentos pueden dar respuestas equívocas sobre la estabilidad físico-mecánica de las plantas, de forma que los exámenes visuales son un método aceptado que permite interpretar y determinar aspectos internos de los ejemplares”.

Así, al realizarse la prueba de tracción controlada en las 44 palmeras, se rompieron dos. Una a la altura de La Caleta y otra en el parque Genovés, “con la trascendencia que hubiera tenido el que hubieran colapsado de forma no controlada, al tratarse estas ubicaciones de zonas de gran afluencia de público”, ha apuntado la edil. Y por otra parte, tras la evaluación se decidió también apear tres ejemplares de la avenida del Puerto y otro situado en Gómez Ulla.

En concreto, sobre la palmera datilera del parque Genovés, cuya caída durante la prueba de tracción fue grabada y cuyas imágenes han sido difundidas, reza en el informe que estaba identificada “desde hace al menos cinco años como de riesgo medio-alto”. “Presentaba una inclinación muy pronunciada desde un punto muy alto de su estípite, lo que unido a su gran altura, su elevada exposición a los vientos y lo sensible de su localización, era revisada por el servicio de conservación al menos dos veces al año, manteniéndose muy podada y sin infrutescencias para disminuir el peso del capitel”. “En el último año y dada la apariencia de la yema apical de la corona, cada vez más inclinada, se realizó una prueba de tracción controlada en noviembre de 2020, dando ya pruebas que hacían indicar que debía ser apeada en un breve espacio de tiempo por el riesgo ya inasumible de su permanencia”.

Por todo ello, Sáez ha apuntado que “afortunadamente la palmera colapsó de forma controlada, al realizar esta nueva prueba de tracción controlada, lo que indica que la rotura podía haber ocurrido en cualquier momento y haber caído sobre personas que se encontrasen en el paseo del parque Genovés en ese momento”. 

“Como delegada de Medio Ambiente puedo entender perfectamente la sensibilidad que puede causar en las personas el visualizar una actuación como ésta, por ello no tenemos problema alguno en dar las explicaciones oportunas, porque son trabajos más que necesarios y sustentados en informes técnicos”.

Por último, la concejala ha incidido en que esta técnica de revisión biomecánica sirve para comprobar la estabilidad de las palmeras, “y no debe ser motivo de alarma porque es una técnica de urgencia y extrema necesidad que se ha llevado a cabo en abril y mayo en 44 palmeras de la ciudad, cuando estamos hablando de que Cádiz cuenta con casi 2.700”. “Lo importante era y es garantizar la seguridad de las personas en zonas muy transitadas como La Caleta, la Catedral, la avenida de la Bahía o el Parque Genovés, y la ciudadanía debe entender que las palmeras que no soportaron la prueba suponían un auténtico peligro para las personas. Mientras, las restantes mostraron una buena oscilación y tendrán su seguimiento para que se puedan mantener”.

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