El Ministerio de Exteriores de Irán calificó este viernes de "poco realista" la petición de participar en unas futuras negociaciones nucleares con Teherán del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), al que acusó de estar bajo "la presión" de Riad.
"El comunicado, como los anteriores, carece de una comprensión realista de los acontecimientos y está en línea con la presión política del régimen saudí sobre los miembros del CCG", dijo el portavoz de Exteriores iraní, Said Jatibzadeh.
Los jefes de las diplomacias de Arabia Saudí, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Omán, Baréin y Catar destacaron ayer "la importancia de la participación de los países del CCG en esas negociaciones", para las que aún no hay fecha, y condenaron "los comportamientos iraníes que desestabilizan la seguridad de la región y del mundo".
Según Jatibzadeh, "el régimen saudí promueve el odio y la violencia en la región al tomar como rehenes al CCG y sus reuniones e imponer sus puntos de vista malignos".
El portavoz tachó de "proyecto fallido de iranofobia" el texto de esos seis países, que también urgió a incluir en estas futuras negociaciones el programa de misiles iraníes, sus aviones no tripulados y la seguridad de la navegación en el golfo Pérsico.
Jatibzadeh criticó los intentos de vincular cuestiones no nucleares con el acuerdo de 2015, firmado entre Irán y seis grandes potencias (EE. UU., Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania) para limitar el programa atómico iraní, aunque Washington se retiró del mismo hace tres años.
También subrayó que ese pacto nuclear multilateral "no se puede renegociar" y que los problemas regionales deben resolverse entre los países vecinos, sin involucrar a los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.
Además, aseveró que algunos miembros del CCG deberían "rendir cuentas" por sus enormes compras de armas, por albergar tropas estadounidenses y por traicionar la causa palestina, en alusión a la normalización de relaciones con Israel de Emiratos y Baréin.
El acuerdo nuclear, conocido como JCPOA en sus siglas en inglés, está muy debilitado desde la retirada en 2018 de EE. UU., que volvió a imponer además a Irán duras sanciones económicas.
Un año después, Teherán empezó en represalia a incumplir gradualmente sus compromisos del pacto hasta producir recientemente uranio enriquecido al 20 % y limitar las inspecciones internacionales a sus instalaciones nucleares.
La nueva Administración estadounidense de Joe Biden está dispuesta a regresar al JCPOA pero exige que primero Irán cumpla sus obligaciones, mientras que Teherán pone como condición que Washington levante sus sanciones, por lo que la posibilidad de unas nuevas conversaciones se encuentra en un punto muerto.