Las buenas noticias llegaron el pasado viernes. Los padres de Guille Gutiérrez, un joven malagueño de 12 años con “terribles” dolores en el muñón después de ser operado con tan solo cinco años de un sarcoma de Ewing, recibieron la llamada de la dirección del Hospital Materno Infantil de Málaga: después de dos meses de dolor y más de dos semanas “casi sin poder salir de la cama”, será operado el próximo jueves.
Este periódico se hacía eco de su caso el miércoles de la semana pasada. “La noticia llegó al consejero de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, Jesús Aguirre, y a los dos días se pusieron en contacto con nosotros desde el hospital para citarnos el martes con la Unidad de Traumatología y la Unidad de Dolor”, explican sus padres en declaraciones a Viva Málaga.
La técnica que usarán los médicos para aliviar el dolor de Guille será la radiofrecuencia. “A pesar de que en adultos esto se hace en consulta, en niños y con tanto tiempo de dolor prefieren pasar por quirófano y con anestesia. Nos han dicho que no les llevará mucho más de 10 o 15 minutos la operación y casi todo el tiempo se invertirá en preparar la anestesia y demás”, afirman. Además, detallan que, “si esto no funciona, se han comprometido a operarle en el plazo de tiempo de 15 a 20 días para quitarle el neuroma y, en principio, para tratar los nervios”.
Esta será la decimotercera vez que Guille, o SuperGuille como le llaman en su familia, pase por quirófano en siete años. “Sabemos que, tarde o temprano, tendrá que volver a pasar por otra operación, pero si podemos evitar por ahora que pase por ello, mucho mejor”, cuentan.
Desde que ha recibido esta noticia, Guille está más esperanzado. Sus padres afirman que “está contentísimo, le ha animado muchísimo, aunque sigue con el dolor. Ya está viendo que, aunque esta técnica puede que no le haga efecto, el final del dolor está cada vez más cerca”.
Tras la primera operación, a Guille le amputaron la pierna derecha y hace vida normal con una prótesis. Sin embargo, todo esto cambió a mediados de enero, cuando un dolor neuropático en el muñón comenzó a hacerle la vida imposible. Ni infiltraciones, ni medicamentos como Naproxeno, Metamizol y un largo etcétera de analgésicos, además de antidepresivos, han sido capaces de mitigar su dolor, causado por la formación de espículas óseas, una dolencia que ya tiene los días contados.
