Así, aunque la campaña a nivel de recolección no ha sido mala –unos 49 millones de kilogramos de fruto recolectado en toda la provincia– los precios que ha recibido el agricultor por su oliva han ido descendiendo conforme avanzaba la campaña, provocando una “ausencia llamativa de recursos” que en algunos casos han hecho a los agricultores plantearse la supervivencia de sus parcelas paras próximas campañas.
“En esta zona de la comarca antequerana no se ha planteado no recoger porque los cultivos se combinan con el fruto de mesa y el dedicado al aceite, pero en otros puntos de la sierra sevillana la situación ha sido tan delicada que no han llegado ni a cubrir los costes de producción”, denunció el técnico de olivar de Asaja en Antequera, Baldomero Bellido.
De esta forma, los precios comenzaron muy bajos, a 36 céntimos de euro el kilogramo recolectado, y han continuado en descenso hasta los 33 céntimos. Estas cifras contrastan con los 57 céntimos de euro por kilogramo recogido que recibían los agricultores hace apenas un par de años, continúo Bellido.
El motivo del “brusco” descenso de los precios se encuentra en un “cúmulo de circunstancias”: por un lado la crisis, que ha hecho que se merme el consumo nacional de este producto y, por otro, el elevado almacenamiento de la campaña anterior, detallaron desde la asociación agraria.
Por todo ello, desde Asaja “llamaron” a todos los sectores implicados en este sector a participar en el paro agrario que tendrá lugar el próximo 21 de noviembre. “Debemos salvar el campo y es hora de tomar medidas”, detallaron.
Por otra parte, lo que sigue lamentado el sector agrícola es la proliferación de robos de aceituna, y de diferentes materiales de labor, cuando llega esta época del año. Los ladrones son ya “tan especializados” que saben que quedan impunes cuando lo sustraído no es superior a los 400 euros.