El fuego quemó 1.152 hectáreas de superficie durante el mes de enero, una cifra que es un 65,89 por ciento menor que en el mismo periodo de hace un año y un 43,21 por ciento menos que la media de los últimos diez años, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Durante los primeros 31 días del año se han registrado 263 incendios, poco más de la mitad que los 500 fuegos de 2019 y justo 100 menos que la media del decenio.
De estos, 135 incendios fueron conatos, es decir que no superaron una hectárea de superficie quemada y 128 fueron incendios, de más de 1 hectárea de superfice. De momento, ninguno de los fuegos superó las 500 hectáreas y pasó a ser gran incendio forestal, algo que en los últimos diez años solo ha ocurrido en el mes de enero de 2012 y de 2017.
Por tipo de vegetación, el 82,88 por ciento de la superficie quemada en el primer mes del año (954,92 hectáreas) eran de superficie matorral y monte abierto. Además, ardieron 166,16 hectáreas de superficie arbolada y otras 31,06 hectáreas de pastos y dehesas.
Las cifras apuntan a que en este mes se ha producido un descenso en el número de hectáreas quemadas. Los incendios durante los primeros meses del año suelen producirse en el norte de la Península y este año la tendencia coincide con la estadística.
Así, el 74,90 por ciento de los incendios se quemó en el noroeste; el 17,87 por ciento en las comunidades interiores; el 6,84 por ciento en el Mediterráneo y el 0,38 por ciento, en Canarias.
En cuanto a la superficie arbolada, el 84,11 por ciento se quemó en el noroeste; el 15,92 por ciento en las comunidades interiores y el 0,07 por ciento en el Mediterráneo, mientras que no hubo incendios de estas características en Canarias.
Por último, en cuanto a la superficie forestal, el 94,16 por ciento se quemó en el noroeste; el 5,18 por ciento en las comunidades interiores; el 0,66 por ciento en el Mediterráneo y tampoco hubo incendios de superficie forestal en Canarias.