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"Soy el ejemplo de que se puede ganar la batalla al cáncer de mama"

Manuela ha superado un cáncer de mama, de ovarios y de colon a sus 73 años de edad

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  • Manuela durante un viaje a Disneyland en París -

“Manuela, tiene usted cáncer de mama”. Estas palabras del doctor Utor en el Hospital Puerta del Mar provocaron un sinfín de sensaciones y pensamientos en su mente. La primera reacción fue la negación, decía que no se operaba, que a su edad, tiene ahora 73 años, estaba cansada de seguir luchando, aunque para entenderla, hay que retrotraerse  en el tiempo.

En el año 1992, tras sentir un bulto en la parte lateral del vientre, Manuela decide ir a su médico y tras varias pruebas le confirman la peor de las noticas. “Me diagnosticaron cáncer de ovarios”.

La operación no salió de la forma deseada y “el cirujano le dijo a dos de mis hijos y a mi marido que no me quitó nada más porque no me daba más de tres meses de vida”. Ella, que no conocía estas palabras, se recupera ante todo pronóstico, y le vence una primera batalla al cáncer.


“El oncólogo probó con tres personas un tratamiento experimental y yo era una de ellas”, afirma. “Me tenía que poner cada semana una inyección que me provocaba fiebre, y no dejé de faltar a mi cita semanal”.

De los tres individuos con los que probaron el tratamiento, una mujer falleció y otro hombre se quedó inválido en silla de ruedas.

Rompe a llorar. “Con el tratamiento no podía ni andar. Andaba de una palmera a otra, que había diez metros, y no podía más. Le decía a mi marido que me estirara las piernas que yo ni podía”.

Manuela se recupera y el destino le daría el mayor golpe de su vida. Su hijo mayor fallecía en un accidente de tráfico con 26 años. Además, una hermana suya moría también al poco tiempo con 39 años por culpa de un cáncer de mama.

A los dos meses de la muerte de su primogénito, los dolores volvieron y Manuela va a San Fernando a la consulta privada del médico que la operó en Cádiz. “Yo entré por la puerta y sin decirle nada me dijo: yo la tengo que operar a usted otra vez, ¿su marido no le ha contado nada al respecto? En ese momento me mandan al hospital y me opero por segunda vez”.

Con el tratamiento de la quimioterapia logra curarse del todo y sigue con su vida.

Pasan los años, y en 1997 esta luchadora que ya se había operado dos veces, siente un pequeño dolor cuando va al baño. “Fui al médico, me hicieron una colonoscopia y me dijeron que lo que tenía era cáncer de colon”.

Otra vez, era la segunda vez que escuchaba el nombre de esa maldita enfermedad. “El cirujano me dijo que me tenía que quitar un trozo grande del intestino, que si me arreglaba lo justo no me podía asegurar que siguiera para delante”. Y así hizo.

Manuela se operó, y vencía de nuevo al cáncer. La única consecuencia de aquella operación es una colostomía que tiene puesta, que consiste en un tipo de estoma que permite la unión del colon con la pared del abdomen.

Por todo lo padecido, quimioterapia incluida, quien haya padecido o conozca a alguien que haya pasado por dicho tratamiento, sabe de lo que se está hablando, la primera reacción de Manuela al oír que tiene cáncer de mama es la de no operarse.

En febrero de 2018, tras una revisión anual, “me detectan un pequeño bulto que no era ni palpable, y me dicen que no pitan bien, que no es bueno y que hay que operar”.

“No me quería operar ya”, afirma, pero “se me pasó a los cinco minutos”.

En abril del año 2018 es operada con éxito y le ganaba la batalla al cáncer por cuarta vez en 26 años, demostrando ser una gladiadora. “Ya estaba acostumbrada, a mí hay un momento en que el cáncer me dejó de dar miedo”.

Hasta el momento, esta enfermedad se ha cobrado la vida de tres hermanas, dos sobrinas, dos tías y una prima de Manuela, aunque también fueron operadas con éxito otras dos hermanas y otras dos sobrinas. Incluso su padre, padeció un cáncer de mama, algo muy extraño en los hombres adultos.

Manuela es un ejemplo para todas esas mujeres que padecen esta enfermedad, un espejo donde mirarse. A todas ellas les manda este mensaje “Escúchame, de esto se sale, pero tienes que poner parte de voluntad”.

“Si un médico te manda un tratamiento, aunque lo estés pasando mal, como lo pasé yo, tienes que salir adelante. Mentalízate que es otra enfermedad como otra cualquiera. El cáncer se cura pero hay que echarle cojones. Si te duele algo o te notas lo más mínimo, ve a tu médico aunque no tengas revisión”.

El cáncer no es el final, se puede vencer, una, dos y las veces que sean necesarios, Manuel a sus 73 años de edad es el fiel reflejo de ello. Una superheroína, pero de esas que no llevan capa.

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