El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación en funciones, Josep Borrell, ha recibido este martes el visto bueno de la Eurocámara para convertirse en el próximo Alto Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, tras someterse el lunes a una comparecencia de tres horas ante la Comisión de Asuntos Exteriores .
Identidad y Democracia, el grupo ultraderechista cuyas principales referencias son Matteo Salvini y Marine Le Pen, es el único que no ha apoyado a Borrell, según han confirmado a Europa Press fuentes parlamentarias.
Borrell necesitaba recabar el apoyo de dos tercios de los eurodiputados de la Comisión en la reunión de los coordinadores de grupo, celebrada este martes a puerta cerrada. La reunión ha terminado sin sorpresas y con el aval para el aún ministro español.
Izquierda Unitaria Europea no se ha opuesto a su nombramiento, aunque ha presentado "una serie de objeciones" para dejar claro que estará "vigilantes" en asuntos como el cumplimiento de las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre el Sáhara Occidental, la no venta de armas a países en conflicto, el reconocimiento del Estado Palestino o el desarme nuclear.
IU: VIGILANTES CON EL SÁHARA
"No nos oponemos a que pase", ha explicado Manu Pineda (IU) en declaraciones a la prensa, confirmando que Borrell "ha aprobado" el exámen en la Eurocámara sin más trámites. Entre sus exigencias, ha detallado, estará "que no se negocie con Marruecos sobre aguas jurisdiccionales del Sáhara".
En su examen, Borrell se enfrentó mayoritariamente a preguntas sobre su futura cartera, como la falta de democracia en Venezuela y Cuba o las relaciones con Estados Unidos, Rusia y China, la ofensiva turca en el noreste de Siria o sobre cómo desbloqueará el diálogo para la normalización de las relaciones entre Serbia y Kosovo. Borrell sorprendió anunciando que su primer viaje como alto representante será a Pristina y prometió que hará lo posible por ayudar a un acuerdo entre las partes.
También dejó claro que no será su tarea hablar de Cataluña y respondió a las dudas de los eurodiputados sobre su venta de acciones de Abengoa y sobre sus actuales participaciones en tres empresas cotizadas (Bayer, Iberdrola y BBVA), que motivaron una petición de aclaración de la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento.
Borrell aseguró a los diputados que si estas acciones eran un problema hoy mismo daría orden de venderlas, pero el eurodiputado de IU ha confirmado que en la reunión de este martes no se ha pedido que Borrell venda sus acciones, como tampoco se lo pidió la Comisión Jurídica.
De este modo, Borrell se convertirá a partir del 1 de noviembre en el próximo Alto Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE. Antes, el pleno de la Eurocámara deberá dar su visto bueno al conjunto del Colegio de Comisarios, previsiblemente el próximo 23 de octubre.
"EL LENGUAJE DEL PODER"
El futuro jefe de la diplomacia europea ha defendido que "la Unión Europea tiene que aprender a utilizar el lenguaje del poder" en un mundo más complejo y ha prometido trabajar para superar el "común denominador mínimo" entre los Gobiernos y "recuperar un sentido de la iniciativa y la acción" por parte de la UE.
Para ello ha dejado claro que necesita la ayuda de los Estados miembro. "No puedo estar en todas partes", ha justificado, defendiendo la posibilidad de "encargar" misiones a ministros de países determinados que "conocen mucho mejor que otros" la problemática en algunos países y situaciones.
Borrell estará al frente del Servicio Europeo de Acción Exterior, con una plantilla de 4.169 personas, incluidas 140 delegaciones por todo el mundo y un presupuesto de 678,5 millones en 2018.