Hablar de Cádiz es hacerlo del Carnaval, su gran fiesta, el símbolo de la tacita de plata, su marca propia. Cada ciudad tiene su gran fiesta, Sevilla cuenta con la Feria de Abril, Pamplona posee los San Fermines, etc. Cada una tiene su origen, que puede ser divino o histórico en su gran mayoría.
El Carnaval de Cádiz no ha sido siempre como lo conocemos hoy en día, ha ido evolucionando con el paso de los años, y el único carnaval de España, junto al de Tenerife, reconocido como de Interés Turístico Internacional.
Nuestro camino empieza en la Grecia y Roma Clásica, con las fiestas bacanales en honor al dios Baco, donde según los historiadores se bebía sin control. Eran celebraciones en las que únicamente participaban mujeres, pero con el paso del tiempo también contó con la presencia de hombres. Otro festejo importante era el que se celebraba en honor al dios Saturno, donde los esclavos recibían raciones extras de comida y tiempo libre por parte de sus amos, eran celebradas entre el 17 y 23 de diciembre bajo la luz de las velas y de las antorchas. La última de estas fiestas eran las que se hacían en honor al dios Lupercus, protector de pastores y rebaños. Se celebraba el 15 de febrero, y muchos historiadores afirman que el Día de San Valentín tiene su origen en estos festejos lupercales.
Sin embargo, todo indica a que el Carnaval es un hijo del cristianismo. Esta religión alterna momentos de alegría y pena, según sea tiempo de prohibiciones y tolerancias. Un ejemplo de estos vetos cristianos es el no poder comer carne el Miércoles de Ceniza, el Viernes Santo y todos los viernes de Cuaresma.
El origen de la fiesta del carnaval, no como la conocemos hoy en día, sino con las características de la época, sería la autorización para satisfacer todos los apetitos de la moral cristiana, que por medio de la Cuaresma son refrenados.
Sin ir más lejos, la final del COAC 2019 tuvo lugar el pasado 1 de marzo, mientras que la Cuaresma arrancó el 6 de marzo y concluyó el 18 de abril.
El carnaval gaditano copia peculiaridades del italiano gracias al comercio del S. XV. El de Venecia es uno de los más famosos a nivel mundial, y aquí podría entrar en escena por primera vez el Dios Momo, ya que antiguamente las distintas culturas eran más porosas y no tenían reparo en adaptar costumbres.
Momo, que en griego antiguo significa “burla” y “culpa”, en la mitología griega era la personificación del sarcasmo, las burlas y la ironía. Era el dios de los escritores y poetas, representando un espíritu de inculpación malintencionada y de crítica injusta. Era representando con una máscara, que él levantaba para que se le viera la cara, y con un muñeco o un cetro acabado en una cabeza grotesca.
Con el paso de los años, el dios Momo ha convertido en un símbolo del Carnaval de Cádiz, pero también en otros lugares de Latinoamérica como en Río de Janeiro (Brasil) o Barranquilla (Colombia).
A día de hoy, cada martes de carnaval, en la tacita de plata se produce la quema del dios Momo, que representa el fin del mismo, y se elige a un dios Momo, que en esta última edición fue Antonio Rivas Cabañas, autor de agrupaciones de todas las modalidades, pero sobretodo autor de letras en coros junto a Julio Pardo durante más de treinta años, y recogió el testigo de Antonio Martín, que lo hiciera en el año 2018.
En la Plaza San Antonio se reúnen infinidad de personas cada año para ver arder a su Dios, al Dios del Carnaval. “Dios Momo cierra este carnaval, entonando, una vez más, amigos para siempre, si te gusta el carnaval”.