El concejal de Movilidad en el Ayuntamiento de Cádiz, Martín Vila, está más que satisfecho con la puesta en marcha de distintas medidas durante el verano en curso. El carril bici por el Paseo Marítimo se puede considerar como el pistoletazo de salida de una serie de iniciativas que se incluirán en la ordenanza de aparcamientos, para la que ya ha empezado la ronda de reuniones. Vila ha realizado un balance para Viva Cádiz sobre el funcionamiento de la zona naranja durante estos meses de verano. Un balance que resume con dos valoraciones: ha sido una medida efectiva y ha tenido buena acogida por parte de los ciudadanos.
El concejal de Urbanismo y Movilidad afirma que lo más importante y “fundamental” a la hora de llevar a cabo esta iniciativa es que “era una petición vecinal que nos planteaba que el Paseo Marítimo en verano se convierte en un polo de atractivo para turistas, para gente que viene de fuera y los vecinos tenían que competir con el turismo para aparcar”. Ante ese problema para lograr encontrar aparcamiento durante la temporada estival se puso sobre la mesa la opción de configurar una zona de aparcamientos para residentes.
Respuesta vecinal
Martín Vila recalca que “en este caso, lo que nos planteaban es que aquellos que venían de fuera suponían un quebranto para los vecinos que necesitaban el coche en el día a día para ir a trabajar fuera de Cádiz. Con esta medida de la zona naranja lo que hacemos es garantizar que los vecinos y vecinas del entorno no tengan en el turismo un elemento de confrontación”. Como hecho llamativo, el responsable de Movilidad en el Ayuntamiento gaditano señala que “sacamos 330 plazas disponibles y, a 15 días del final del verano, se han emitido 360 tarjetas. Por tanto, hay más tarjetas que plazas disponibles, pero es normal que en algunos momentos del día haya plazas vacantes”.
Para el portavoz municipal, es necesario entender que el aparcamiento para residentes es como “si fuera un aparcamiento en subterráneo, donde no siempre está al cien por cien de vehículos. Con la zona naranja pasa igual y el residente a veces toma el vehículo, sale, vuelve”. De esta manera se ha vivido durante los meses de verano, cuando en la zona naranja configurada en los alrededores del Paseo Marítimo había horas del día en las que había aparcamientos disponibles, mientras que en otros momentos seguía siendo complicado aparcar.
Por eso, la medida ha sido una medida efectiva y ha tenido buena acogida.
Además, el concejal adelantó que “en la ordenanza vamos a hacer algunos ajustes que van a posibilitar que, en el tiempo en el que el residente no esté utilizando la plaza, ésta esté disponible para la rotación en unos plazos que suponen ampliar de la hora y media a las tres horas, y con una tasa económica que pasa de 1,5 euros a un euro”. De esta manera, desde el equipo de Gobierno se pretende poner sobre la mesa “una oferta mucho más atractiva para que esa plaza pueda funcionar para rotar con carácter turístico, comercial, etcétera, durante el tiempo en la que el residente no la esté utilizando”. Así para quien no sea residente no resulte tan cara y se aprovechen las plazas que estén vacías.