Las obras de construcción del aparcamiento subterráneo de Pozos Dulces han sufrido estas semanas atrás un parón que vuelve a levantar ampollas entre comerciantes, ciudadanos y turistas. Un verano más, las obras de Pozos Dulces son una molestia para los comerciantes, que son los mayores sufridores de unos trabajos que “suponen un impedimento para que los clientes puedan disfrutar. Volvemos a tener clientes quejosos, que no pueden llegar hasta nuestro establecimiento, y no pueden aparcar cerca, a no ser que sea en la zona de la pasarela”, explica un comerciante, “y que no todo el mundo quiere y acepta para aparcar”.
Este 2018 hay establecimientos que se quedan totalmente aislados tras las mallas que cubren los trabajos, que en estos momentos “son escasos”, puesto que el personal está “bajo mínimos”, a pesar de que los afectados no saben “por qué ocurre esto, sobre todo en una época en que se deberían haber puesto las pilas. Esto parece el mundo al revés”, asegura otro comerciante. Contemplar las obras día a día “es penoso”, porque “ves cuatro trabajadores, como si quedaran detallitos que acabar nada más, cuando queda mucho, y todo lo gordo de la obra”, anuncian. Pero los turistas también están encontrando problemas en estas obras.
Algunos, como D.F. se ha llegado a meter en un escollo de la obra en el que no hay vallas, en la zona del entorno de la rotonda de Pozos Dulces, “porque las señales no definen muy bien por dónde hay que coger” para poder acceder al centro de la ciudad. Pero este mismo veraneante destaca que “parece un laberinto complicado de pasar, y se forman unas colas bastante largas, por lo que cuesta mucho poder pasar por la ciudad” de camino a la playa, explican. Las retenciones de tráfico se acumulan verano tras verano “y parece que no se aprende a actuar. Venimos desde hace varios veranos, y esto sigue así, parece que por mucho tiempo, y además, siempre tenemos que esperar colas para poder ir al aparcamiento”, dice otro turista.
Y por último, los propios portuenses tampoco entienden cuál es la hoja de ruta de la empresa adjudicataria de las obras, ni el por qué de estos retrasos en los trabajos ni mucho menos la ralentización de las obras, que “ya deberían estar muy avanzados, y parece que pasan los meses y los años, y seguimos en las mismas”, afirma María H. Esta portuense añade que “ya ni recuerdo cómo era esta zona antes, parece que han pasado mil años desde que comenzara la obra, y no sé si mis nietos la van a ver terminada, porque al paso que vamos, le queda mucho al parecer. Y es una vergüenza que una zona tan céntrica y tan importante como ésta siga así”. Sin duda, los ciudadanos consideran que la imagen que se muestra a turistas, visitantes, y demás ciudadanos de la provincia, es contradictoria, porque no invita a acudir a la ciudad, al centro histórico, que en otras localidades, es el punto de atención de la mayor parte de la actividad turística, y en este caso, es contraproducente que estos trabajos continúen un verano más en estas condiciones.
Por su parte, el concejal popular Damián Bornes se ha pronunciado acerca de la pasarela peatonal, indicando que “es de lógica que la pasarela peatonal ‘Pepe el del Vapor’ hay que mantenerla en perfecto estado de revista, ya que por ella pasan muchas personas a diario que aparcan sus vehículos en el aparcamiento de la otra banda”. Además, indica que “la improvisación” del alcalde, David de la Encina,”lo lleva a pintar la pasarela peatonal a mediados de julio, en plena temporada estival, sufriendo de este modo los veraneantes todas las inconveniencias que conlleva esta acción perjudicial para el sector turístico de la ciudad, ya que lleva bastante sufrido con tres concejales diferentes del PSOE”. un inconveniente que se une al de los que sufren los ciudadanos debido a las obras del subterráneo de Pozos Dulces, al que parece “que le queda mucho, o demasiado”, indica María H.