El IES Guadalpeña ha celebrado su novena Semana de la Música, que aunque sea un acontecimiento interno del centro, sí que tiene una plasmación social gracias al acto celebrado en el teatro Olivares Veas para padres y madres de alumnos, profesores y público en general. La Semana de la Música nos ha ayudado a comprender que el aprendizaje va mucho más allá del cansino toque de flauta de nuestros hijos que martillea el cerebro y perturba la tranquilidad..., para enseñarnos que un instituto es un pequeño mundo, la vida en sí, donde la variedad y la diversidad se ponen de manifiesto.
En el aula todo es teoría y -nos reiteramos- flauta como un instrumento idóneo para aprender solfeo y las claves de la música, pero sobre el escenario los alumnos y alumnas del centro han dado muestras más que suficientes de la creatividad que atesoran. Y eso es en gran medida una bendita culpa de profesores como David Díaz y Juan López, que se afanan por enseñar a su alumnado desde hace años. El primero, que tiene cierta fama de profesor duro a la hora de calificar los trabajos y el aprendizaje, se nos antoja una persona sensible y comprometida con su profesión. Será por ello que el IES Guadalpeña parece, llana y sencillamente, una escuela de música de donde continuamente salen nuevos talentos.
Ya sea en la disciplina del baile y de la coreografía, en la interpretación de música latina, rock, pop, flamenco, etc., los alumnos y alumnas han mostrado su desparpajo y su buen hacer ante sus compañeros, que les han brindado un sonoro aplauso durante sus actuaciones en el salón de actos del centro como el mejor premio posible.
Dicen que la música amansa las fieras, que es un mito, pero la música hace mejores a las personas, más sensibles y comprensivas con el mundo donde vivimos, en el que sin duda falta humanidad. La música, que es la banda sonora de nuestra vida, encuentra en este instituto una asignatura clave en la formación de nuestros jóvenes, y eso es de agradecer. Por eso, esperemos que la Semana de la Música cumpla muchas más ediciones enriqueciéndonos, confortándonos y haciéndonos sentir que nuestros hijos serán los artistas del futuro.
