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Tina y Leo: dos perros que ayudan a leer a los más pequeños

El colegio Adolfo de Castro acoge esta experiencia a través de la empresa Darwin que mejora la competencia lectora asistida con perros en el ámbito emocional

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Son niños de 1º de Primaria.

Trabajando la autoestima.

LÑos pequeños se vuelcan con Tina y Leo.

Las emociones están a flor de piel.

Trabajando la empatía.

Una de las prácticas realizadas.

Tina y Leo son los protagonistas de la historia. El lugar, el colegio Adolfo de Castro en Cádiz. Los actores de reparto son Leo, Omar, Candela, Yerai, Natanael, Triana… Una docena de pequeños de 1º de Educación Primaria, que acompañados por su tutora Mamen Jiménez y por María Vázquez y Ana Gutiérrez componen este guión tan maravilloso que se llama mejorar la competencia lectora asistida con perros, pero en el ámbito de la Educación Emocional. Son palabras mayores. La labor de los monitores, junto con la profesora, y los perros terapeutas en sólo cuatro semanas ya está consiguiendo que la motivación fluya por ella misma en toda el aula.

La semana pasada, las chicas de la empresa Darwin, que es la que ha puesto en marcha este programa llamado ‘El perro Leo’, aprovechando que era el Día del Acoso Escolar estuvieron  abordando el concepto de la empatía. Una palabra muy complicada para niños de seis años, pero que en seguida asumieron en el caso de Tina, la pequeña perrita que les viene acompañando todos los miércoles desde que comenzara este programa de competencia lectora hace cuatro semanas.

 

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La idea era poner sobre la mesa herramientas que permitan a estos pequeños fortalecer su autoestima y saber valorar al que tienen enfrente. Era Tina en ese momento la que era atacada, herida o insultada. “Y como los perros provocan un importante sentimiento de protección, los pequeños pudieron ponerse en su piel y entender cómo podría sentirse la pequeña Tina”, explica María Vázquez.

Profundizar

En la jornada de este miércoles, los pequeños retomaron el concepto y lo fortalecieron creando frases alrededor de Lolo y Tina que ahondaban en sentimientos y conceptos como: “Eres un tesoro para mí. Me sorprendes cada día. Vales mucho, mucho, mucho. Tu puedes llegar a dónde quieras. Creo en lo que dices”.  Esos mensajes se dedicaban después a alguno de los compañeros o a los propios perros terapeutas. De esta manera se permite la interacción entre los pequeños y los animales, así como se trabaja la autoestima y el hablar en público, por ejemplo.

La tutora de la clase se mostraba muy contenta por cómo está funcionando este programa, porque “el concepto que trabajamos se refuerza en las clases”. Su grado de satisfacción se centra especialmente en el caso “de un niño introvertido que no quiere leer en voz alta y que la vergüenza le impide participar. En el momento en el que Tina aparece por la puerta, cambia totalmente y trabaja igual que todos los demás. Cada vez está más integrado en el grupo”. A los niños se les van delegando responsabilidades tanto de manera individual como colectiva y con la ayuda de los perros terapeutas se consiguen los avances mucho antes.

Los pequeños están escribiendo un diario de las visitas de Tina y Lolo, donde van explicando qué hacen cada miércoles cuando están con los perros y cómo está siendo la experiencia, que durará hasta el 20 de junio. De esta manera se potencian la escritura, la lectura y la propia expresión oral de estos niños. María Vázquez quiso agradecer al centro escolar y al profesorado la posibilidad que le han dado de poner en marcha esta iniciativa en el colegio Adolfo de Castro, “aceptando otras metodologías que tienen a los perros como principal recurso para la competencia lectora de los pequeños”.

Los niños se mostraban muy contentos con la presencia de Tina y Leo, a los que no paraban de acariciar, tocar y acercarse e incluso dirigirles sus mensajes de aprecio como fue el caso de Juan David que le dedicó a Lolo ‘eres mi tesoro grande’. Candela contaba que los primeros días estuvieron nerviosos ante la presencia de los perros, pero “ya estamos mucho mejor”. Todos se mostraban muy contentos con esos dos seres que han traido otra forma de aprender a la clase. Una de las pequeñas incluso llegó a decir que le emocionaba conocer a Tina, mientras que Omar afirmaba que ha pedido un perro a su padre.

Todos ponen su granito de arena a la hora de participar en esta iniciativa que, por primera vez, se pone en marcha en Cádiz de la mano de dos jóvenes con muchas ganas.  

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