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España

El Santander desahuciará a una parada y su hermana discapacitada

La inmobiliaria del banco le va a subir de 200 a 680€ el alquiler social de la que fue su casa y perdió por dación en pago "porque están para ganar dinero"

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  • Ana Botín -
  • La afectada arrasa en internet con una petición para que el banco reconsidere su postura
  • Tras más de 44 años viviendo en el piso que fue de sus padres, no pudo afrontar la hipoteca, pero logró un alquiler social
  • No son las únicas afectadas, un jubilado de 70 años y su mujer también se quedarán en la calle

La desesperada llamada de ayuda de una mujer que se ve en la calle a causa de un aviso de desahucio del Banco Santander ha registrado un masivo apoyo en la plataforma Change.org, donde la petición ha superado en tiempo récord las 50.000 adhesiones. Con el título 'Banco Santander: no nos dejéis en la calle. Mi hermana tiene un 45% de discapacidad', la protagonista, la madrileña Aurora Cisneros, narra su desgarrador caso. Vive con su hermana, con una discapacidad del 45% y problemas de movilidad producidas por la polio, en un piso con alquiler social. Ahora, la inmobilaria Limara, a la que la entidad presidida por Ana Patricia Botín "ha cedido la gestión de sus inmuebles", les ha comunicado que "el mes que viene el contrato que teníamos vencía y no se va a renovar. Si quisiéramos quedarnos en la vivienda el alquiler va a pasar a tener  “precios de mercado” y nos proponen pagar 680 euros mensuales y avalar con lo que cuestan tres mensualidades".

En 2017 el Banco Santander ganó 6.619 millones. No les debe parecer suficiente, viendo los esfuerzos que dedican a perseguir a familias vulnerables y en riesgo de exclusión como la mía

La dramática historia se remonta a hace cuatro años, cuando Aurora perdió su casa. Como afirma en la petición de Change.org, "Hace 4 años perdí mi casa. Tras más de 44 años viviendo en el piso que fue de mis padres, no pude hacerme cargo de los pagos por la maldita crisis y, con mucho esfuerzo y tristeza, perdimos la vivienda pero logramos un alquiler social". Lograron ambas quedarse en su casa pagando un alquiler de 200 euros al Banco Popular, pero como en junio del pasado año el Santander adquirió el Popular por un euro, los planes han cambiado. Ahora, la inmobiliaria que gestiona las viviendas del Santander afirma, según narra Aurora, que "están para ganar dinero y no para hacer una obra social".

Santander

"En mi casa sólo entran 639 euros de la pensión de mi hermana. Yo estoy desempleada desde hace años. Como he sido autónoma, no tengo siquiera paro. El problema es que no somos la única familia a la que le pasa esto. A Tirso, el que fuera mi socio de toda la vida, esta inmobiliaria del Banco Santander también le quiere dejar en la calle si no paga el precio del suelo. Estamos ante una especulación brutal: comprar viviendas a otro banco con inquilinos que tienen alquiler social, y al cabo de los años, echarles a la calle. No hay más". Por lo tanto, no es un caso que sólo le afecte a ella. Su antiguo socio Tirso al que hace referencia, relata que "tiene 70 años y después de cotizar 45, me queda una pensión por jubilación de 788 euros". Tirso afirma que "en nombre del banco Santander recibo una circular de Inmobiliaria Limara, S.L., empresa que pertenece al grupo Anticipa Real Estate, comunicándome que no me renuevan el contrato de alquiler social. Después de hablar con estos señores, me dicen que si quiero seguir viviendo en la casa en la que llevo 42 años y que fué mía hasta hace 5, me incrementan el alquiler en un 400% más de lo que estoy pagando hasta ahora. El nuevo alquiler me supone un 30% más de lo que percibo de pensión y como son los únicos ingresos que tengo, mi mujer y yo nos vemos en la calle".

La reflexión contundente de Aurora habla por sí misma: "En 2017 el Banco Santander ganó 6.619 millones. No les debe parecer suficiente, viendo los esfuerzos que dedican a perseguir a familias vulnerables y en riesgo de exclusión como la mía". Esta mujer se siente "fracasada". Después de "haber ido pagando una casa durante toda la vida", ahora se ve en la calle.

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