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‘Tres anuncios en las afueras’: América Profunda

Estamos ante una película notable y singular, que mezcla con enorme talento el drama, la comedia negra, el thriller y el western...

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Martin McDonagh -cosecha del 70, dramaturgo y realizador anglo-irlandés, muy conocido y galardonado por sus piezas teatrales, estrenadas en los mejores escenarios de su país y del mundo, siendo el más representado en Estados Unidos-  del que recordamos su  más que estimable film ‘Escondidos en Brujas’ ( ‘In Bruges’, 2008), presenta ahora esta su última propuesta.

Se trata de una producción estadounidense, de 112 minutos de metraje, cuyo guión también firma, fotografiada con mimo por Ben Davis y con una magnífica banda sonora, con hermosas piezas musicales, que subrayan los momentos álgidos del relato y no se hace sentir cuando no es necesaria, debida a Carter Burwell.

Viene precedida en su mayor parte de excelentes críticas y de reconocimientos tales como los Premios del Público en Toronto y en San Sebastián, 9 nominaciones a los BAFTA, 4 flamantes Globos de Oro, Mejor Película Drama, Guión, Actriz (Frances McDormand) y Actor de Reparto (Sam Rockwell), en su imparable carrera hacia los Oscar.

La historia remite a una mujer, que vive en una pequeña comunidad del Estado de Missouri, la América Profunda en su vertiente más rural, a la que pesa el archivo policial del caso de su hija adolescente, ferozmente violada y asesinada.

Así que decide recordarlo y recordarla con esos tres anuncios a los que alude el título. Las consecuencias serán imprevisibles.

Estamos ante una película notable y singular, que mezcla con enorme talento el drama, la comedia negra, el thriller y el western. Estamos ante una película dotada de un magnífico guión, preciso y milimétrico. Estamos ante un relato tan divertido y corrosivo, como cruel y feroz. Estamos ante una historia que provoca tanto la carcajada como el sobresalto horrorizado, sin solución de continuidad, pero con un sentido de la medida y de la oportunidad realmente pasmoso.

Estamos ante una película en la que no sobra un solo plano. Estamos ante una película que arroja una mirada vitriólica sobre un modus vivendi en el que los abusos de poder, el racismo, el clasismo, el matonismo policial, la homofobia y el sexismo son la moneda corriente.

Ante una historia coral, bronca y oscura, de unos personajes  aparentemente primitivos en sus pulsiones más elementales, pero dotados de una enorme carga de profundidad. Unos protagonistas tan risibles, pese a sí mismos, como estremecedores. Unos personajes mimados por el realizador, quien les describe en toda la complejidad de su condición de sujetos cómplices y víctimas de un entorno asfixiante.

Estamos ante uno de los papeles femeninos, a no confundir con feministas, más intensos, fuertes y relevantes vistos últimamente en una cinematografía poco pródiga en ellos. Interpretada con excelencia por la eminente Frances McDormand, directa al Oscar, y a quien todos los reconocimientos le son debidos. Muy bien acompañada por un magnífico reparto -otro acierto más- en el que destacan Woody Harrelson, Lucas Hedges y un inmenso Sam Rockwell, directo al Oscar.

Estamos ante una de las tres películas elegidas para debatir en la próxima sesión de nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra del miércoles, 7 de febrero. Estamos ante una película que nadie, en su sano juicio, debería perderse.

Post scriptum:

La animalista que esto firma le agradece enormemente a Martin McDonagh que, pese a que su filme se desarrolla en el entorno rural y profundo ya citado, no la haya hecho sufrir con maltrato alguno, aunque fuera de ficción, a criaturas no humanas. Por el contrario, una de las escenas más tiernas -en las que el personaje central se desprende de su coraza- tiene a una de ellas como protagonista. GRACIAS.

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