Veinticinco años de trayectoria profesional han llevado a Garikoitz Cuevas (Sanlúcar de Barrameda, 1968) a consolidar un lenguaje único en su producción pictórica. Sus obras, que expone en el Hotel Alcoba de la localidad hasta el próximo 25 de septiembre son el reflejo de la plasmación de conceptos y emociones, con un gran contenido poético y narrativo. Es la herencia que dejó en el artista -palabra que le abruma, prefiere autodenominarse pintor - uno de sus grandes mentores, el poeta y escritor José Miguel Ullán. Junto a José Guirado, transmitieron una pasión por la poesía de la que Garikoitz deja constancia tanto en su obra como en los títulos de sus cuadros, relacionados con el mundo donde se desarrolla su pintura. De hecho, el título de sus obras va naciendo de forma paralela, es su antesala, su aportación literaria a un estilo que no deja indiferente a nadie.
Sus piezas no pasan desapercibidas. Se trata de obras irrepetibles, en las que el artista no deja nada al azar. “En poco tiempo he conseguido tener un lenguaje muy particular, propio, una de las mayores dificultades a las que se enfrenta un artista”, explica. Este ‘lenguaje propio’ ancla sus bases en la pintura clásica. Una de sus principales referencias es la pintura barroca de los siglos XVI, XVII y XVIII y desde ahí ha ido evolucionando hasta una pintura singular que, a partir de una técnica sencilla, desarrolla una rica experiencia sensorial y emocional. Algunos espacios cromáticos se concentran en una parte de la obra con más intensidad, y otras cuentas con espacios más planos que dan estructura a la superficie. Una técnica que lo ha convertido en uno de los artistas más relevantes del panorama nacional e internacional por su singularidad.
Ya está trabajando en su próxima colección, que verá la luz el próximo 28 de septiembre de 2018 y que tiene comprometida con la Galería Trama, que ahora se fusiona con la Sala Parés, una galería con 140 años de historia donde Pablo Picasso expuso por primera vez. Barcelona es uno de los destinos de su obra pero la sede de la producción creativa de Garikoitz está en su ciudad natal, Sanlúcar, donde ha expuesto en lugares como el Museo Barbadillo, la Taberna der Guerrita o el Centro Cultural de La Victoria.
En Sanlúcar, un paseo por la playa, es suficiente para que el artista vaya tomando notas inspiradoras. De hecho, su principal fuente de inspiración “es la vida, no sólo la mía, sino la de los demás”. “No pintaría nada si no fuera por el espectador. Necesito que vea la pieza e interactúe, necesito al espectador”, nos relata durante una entrevista en el Hotel Alcoba, junto a una de sus obras, ‘Muro y paredón’, una pieza de 2x2 metros que cuelga sobre la piscina del hotel, donde la mayoría de los cuadros expuestos ya cuentan con un círculo rojo.
Gran parte de su producción pictórica se encuentra en la Galería Trama, en Barcelona. Muchas otras, en manos de coleccionistas privados, además de en numerosos museos y colecciones públicas. La exposición del Hostal Alcoba recoge un total de 24 obras pertenecientes a varias colecciones de los últimos años, donde queda patente su evolución y de cuya selección se ha encargado directamente Trama.
Cuevas ha presentado su trabajo con continuidad en diferentes galerías españolas, bienales de artes plásticas y ferias internacionales, tales como MACO de México D.F., MiArt de Milán y ARCO de Madrid. Fue becado por el Colegio de España en París y la Residencia de Estudiantes de Madrid. En 2006, recibió el Primer Premio de Pintura de la Fundación Focus-Abengoa de Sevilla. Su obra forma parte de museos y colecciones como la del MNCARS de Madrid, Fundación Focus-Abengoa, la Fundación Cajasol de Sevilla, Fundación Provincial de Cultura de la Diputación de Cádiz, la Colección Unicaja, la Colección Caja de Extremadura, la Colecció del Ministerio de Asuntos Exteriores, entre otros.
Además de estar trabajando en su próxima colección, Garikoitz ultima en estos días su colaboración con la Fundación Universo Santi, una experiencia que le satisface especialmente. Entró en contacto con el proyecto a través de la Fundación DKV, quien posee en su colección obra del artista. Una de ellas se ubicará en este restaurante cuyo personal posee distintos tipos de discapacidades. Un proyecto integrador con el que Garikoitz ha dado un paso más allá, para trabajar con “los chicos”, como los llama, en distintos talleres de pintura. “Estoy deseando empezar”, asegura el pintor, quien ya ha tenido experiencias similares implicando en el mundo del arte a personas con autismo.
La entrevista va llegando a su fin. El Hotel Alcoba, se ha convertido para Garikoitz en una extensión de su obra, donde además de haber encontrado una excelente ubicación para sus cuadros -que decoran cada uno de los espacios públicos como si realmente hubieran sido pintados para ese fin - ha aglutinado un gran número de aficionados e incluso coleccionistas de su obra. De este espacio destaca su apuesta por ensalzar la cultura local. De hecho, es la segunda vez que Garikoitz Cuevas expone aquí. Ambas ha coincidido con el recital de la soprano sanluqueña Ruth Rosique, constituyendo un tándem de la buena producción cultural de la que la ciudad goza.
