El crecimiento de las construcciones en la franja de los 10 primeros kilómetros de suelo de las costas gaditanas ha sido del 111 por ciento, según un reciente informe de Greenpeace en colaboración con el Observatorio de Sostenibilidad.
Estos datos colocan a la provincia como la cuarta de España con mayor porcentaje de aumento de suelo artificial, después de, por este orden, Castellón (148%), Granada (146%) y Valencia (118%).
Además, Cádiz supera con creces la media española de un 31,8 por ciento de superficie ocupada de la franja del dominio público marítimo terrestre (DPMT), una figura legal creada por la Ley de Costas de 1988, que establecía los tramos del litoral en sus primeros metros. En concreto, se trata del conjunto de bienes de dominio público formado por el mar territorial, las aguas interiores, los recursos naturales de la zona económica exclusiva y de la plataforma continental, así como las playas y costas.
Paralelamente, Cádiz cuenta con un 69,1 por ciento de la primera línea de costa construida. Es la tercera de España. Málaga ocupa la primera posición, con un 74,9 por ciento.
En cuanto a la clasificación de crecimiento de la ocupación artificial del DPMT entre 1987 y 2011, por provincias, es decir el crecimiento de la urbanización en la costa pública, Cádiz se halla en octava posición nacional con un 56,3%.
El documento presentado por Greenpeace, que mide las variables de la ocupación del dominio público marítimo terrestre, la superficie artificial, los espacios naturales protegidos, los hábitats de interés incluidos en la red Natura 2000 y las áreas de alta presión urbanizadora, hace referencia en especial a cuatro zonas de la provincia. Estas son: Caños de Meca-Conil, Chipiona-Sanlúcar y Barbate-Zahara de los Atunes, Torreguadiaro.
Lo que más ha llamado la atención de la provincia de Cádiz a Cádiz es precisamente el aumento de un 111% de la superficie artificial desde la primera legislación de la Ley de Costas hasta la actualidad, respecto al suelo natural que se tenía antes. Así lo destacó a este diario la responsable de Costas de la ONG, Pilar Marcos, que destaca el “hormigón” acumulado en los 24 últimos años, según la monitorización de imágenes por satélite realizada para este estudio.
De esta manera, define el porcentaje mencionado como “un dato bastante clarificador de lo que ha pasado en la provincia”, ya que señala que “se ha construído mucho en los últimos tiempos”.
Entre otros factores que influyen en este territorio está la cercanía a áreas urbanas potencialmente generadoras de demanda de segunda residencia. “Es algo que ocurre por ejemplo en el sector occidental de Cádiz, que acoge mucha segunda residencia de Sevilla”, indica el informe.
En cuanto a las cuatro áreas sobre las que la organización lanza la voz de alarma, el informe abunda en que se trata de “zonas con alto peligro de ser urbanizado en un futuro al no estar catalogadas bajo ninguna figura de protección medioambiental”.
A ello suman otro condicionante compartido, según Pilar Marcos: “se ha visto durante los años de burbuja inmobiliaria que las zonas bien comunicadas actúan como agregadores de constructores y tienen un espacio libre para construir”.
Marcos incidió además en que “en Barbate, El Palmar y Zahara siguen planeando proyectos de actuación urbanística que puede que no lleguen a ver la luz, pero son terrenos muy jugosos para un desarrollo económico”, apostilló.
Preguntada por el cumplimiento de las actuales normas medioambientales, la representante de Greenpeace expuso que “se están respetando en la manera en la que los ayuntamientos están respetando esos espacios protegidos”.
En este contexto, la responsable de Costas sostiene que “Cádiz tiene una superficie de terreno militar que ha sido un amortiguador de la construcción, sobre todo en la zona del Estrecho, en la Bahía de Algeciras”. No obstante, advirtió de proyectos urbanísticos que podrían amenazar a esta franja de la provincia.
Por otro lado, calificó a las industrias presentes en esta zona como una “bomba de relojería” para la contaminación. “Greenpeace lleva muchos años actuando junto a grupos ecologistas del Campo de Gibraltar, como Verdemar o Agaden, denunciando actividades como el bunkering o el estado de la refinería de Cepsa, y la falta de implementación de los acuerdos entre Gibraltar y España”, agregó.
La ecologista expuso que se trata de “uno de los puntos negros” vigilados por Greenpeace en distintas ocasiones. “La calidad de las aguas está afectada en esa zona, que posee mucha biodiversidad”, expuso.
Señaló que incluso hay informes sobre esta situación elaborados por Greenpeace en colaboración con grupos ecologistas de la comarca y de Gibraltar. “Es una pena el estado de salud al que ha llegado todo el Campo de Gibraltar”, lamentó. Volviendo a la provincia, Marcos exigió que “las figuras de protección sean de protección real, que los espacios estén más y mejor protegidos”. “Pongamos la lupa en esas zonas sin urbanizar y sin protección que pueden ser los catalizadores de una nueva burbuja inmobiliaria en el futuro”, enfatizó.
Protección
Paralelamente, Cádiz tiene un 26% de su costa protegida. Es la octava provincia en cuanto a superficie protegida. Un 28,8%de la franja está ocupada por hábitats de interés de la Red Natura 2000 y viven 216 especies de vertebrados silvestres. Es la 7ª provincia con mayor porcentaje de hábitats en la franja costera.