Un total de 150 niños mueren a diario antes de cumplir los cinco años en Birmania, un país en el que el conflicto étnico-religioso afecta a 2,2 millones de menores que no se pueden beneficiar del crecimiento económico que experimentó la economía del país en los últimos años, alertó hoy Unicef.
La mayoría de los menores mueren durante las primeras semanas de vida por complicaciones neonatales, mientras que los otros sucumben a infecciones como neumonía o enfermedades diarreicas, reveló en un informe el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Más de la mitad de los niños viven en pobreza en este país de mayoría budista que ha sufrido las tensiones entre credos y etnias prácticamente desde su independencia de Gran Bretaña.
La agencia de las Naciones Unidas explicó hoy que un tercio de birmanos de menos de 5 años no se desarrollan física y mentalmente acorde a su edad, y que, además, el 30 % de los niños sufren malnutrición moderada o severa.
El análisis elaborado con el apoyo de Unicef descubrió que dos de cada tres menores de 18 años no van al colegio y que la mitad se convierten en adultos sin haber completado la educación básica.
Por otro lado, el 90 % de los más pequeños no realizan visitas médicas periódicas y uno de cada cinco niños nacen sin figurar en ningún registro oficial.
En el estado norteño de Rakhine, hogar de la minoría musulmana de los rohinyás, la situación es especialmente preocupante tras la violenta y represiva operación de seguridad emprendida por parte del Ejército birmano como respuesta a un ataque insurgente.
"Las discriminaciones a las que se enfrentan los menores rohinyás les impiden disfrutar de una sanidad, educación y alimentación adecuada", explicó en rueda de prensa el autor del informe Simon Ingram.
Asimismo, Unicef expresó preocupación por el trato que reciben los niños en los estados Kachin y Shan, en los que los enfrentamientos entre milicias y grupos armados han obligado a dejar sus casas a 67.000 y 20.000 personas, respectivamente.
La agencia de la ONU pidió a las autoridades y a las facciones armadas que pongan fin al reclutamiento de niños soldado, una práctica de las ocho partes del conflicto, incluido el Ejército.
No obstante, Unicef celebró que, desde 2012, al menos 800 niños soldado fueron puestos en libertad.
Por otro lado, Unicef lamentó que las partes enfrentadas hacen uso recurrente de las minas antipersonas y, a día de hoy nueve de los catorce estados y regiones que forman el país están contaminados.
"En los últimos dos años, una persona ha muerto cada tres días al estallar una de estas minas y una de cada tres víctimas es un niño", señaló Ingram.