Rara vez el arranque de los plenos del Ayuntamiento de Cádiz es tranquilo. Así que el del mes de abril no podía ser menos. Pese al aparente clima de entendimiento entre las formaciones políticas en los primeros puntos, que se han aprobado por unanimidad, relativos a asuntos como la propuesta de ampliación del plazo de carencia en una año de los préstamos hipotecarios concertados por PROCASA y Unicaja para el paquete de 135 viviendas de la Guardia Civil o la relativa a la adhesión del Ayuntamiento de Cádiz a las iniciativas programadas por el Ayuntamiento de Las Cabezas de San Juan en los actos conmemorativos del Bicentenario del Levantamiento del General Riego a favor de la Constitución de 1812, la sesión plenaria ha comenzado con el ambiente crispado en la bancada del público.
Durante la intervención del portavoz del PP, Ignacio Romaní, en el debate del punto quinto del orden del día, relativo a instar al Gobierno Central a tomar medidas legislativas que permitan a las entidades locales reinvertir su superávit, un grupo de ciudadanos representantes de la Marea de Pensionistas han protagonizado una protesta con carteles y gritos que iban dirigidos sobre todo contra los últimos casos de corrupción que han salido a luz.
Ante ello, el alcalde de la ciudad, José María González, ha llamado al orden a los vecinos bajo amenaza de desalojo del Salón de Pleno. Unas palabras del regidor gaditano que ha tenido su reacción en el abandono de la sala de los protagonistas de la revuelta.
Tras ello, el portavoz del PP, Ignacio Romaní, ha retomado su intervención y ha recalcado que este tipo de situaciones y de recriminaciones de los ciudadanos "no van a romper la tranquilidad del PP para defender los intereses de los ciudadanos", y en este línea, y como en otras ocasiones, ha vuelto a insinuar que los revueltas en los plenos tienen la mano del equipo de Gobierno detrás. Unas declaraciones que han enfurecido al primer edil gaditano, que le ha pedido que se retracte.