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Revilla dice que regala anchoas a Camps y Rajoy todos los años

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, aseguró ayer que ?todos los años? envía, como regalo institucional, dos latas de anchoas a su homólogo valenciano, Francisco Camps, y al líder del PP, Mariano Rajoy, y que éstos siempre se lo agradecen diciendo que ?están riquísimas?.

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  • Miguel Á. Revilla (i) conversa con la ministra de Educación, González Sinde. -
El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, aseguró ayer que “todos los años” envía, como regalo institucional, dos latas de anchoas a su homólogo valenciano, Francisco Camps, y al líder del PP, Mariano Rajoy, y que éstos siempre se lo agradecen diciendo que “están riquísimas”.

Revilla respondió así a las declaraciones que anteayer hizo la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, quien sostuvo que si dimitiera Camps tendría que hacerlo también “todo el país, empezando por el presidente del Gobierno”, José Luis Rodríguez Zapatero, ya que añadió que recibe anchoas como “dádiva” de Revilla.

La alcaldesa de Valencia insistió ayer en que este regalo encaja en el artículo 426 del Código Penal, en el que se basa la imputación a Camps, por lo que instó aplicarlo “con el mismo rasero a todos”.

A juicio de la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, las declaraciones de Barberá y de Camps –que el martes calificó su causa de “extraña, absurda y estrafalaria”– son “inauditas, inadmisibles e irrespetuosas”.

De la Vega recalcó que a un responsable político se le debe exigir que sus declaraciones “mantengan por lo menos el respeto y el decoro”, y cree que las que han hecho los dos dirigentes del PP son “una falta de respeto a los ciudadanos”.

La vicepresidenta criticó la estrategia del PP en relación con el caso Gürtel que, a su juicio, comenzó por “desautorizar a la justicia”, y pasó por “utilizar la técnica del ventilador” para “intentar emborronarlo todo” y “exigir a los demás lo que son incapaces exigir en su propia casa”.

En este sentido, el presidente cántabro opinó que “toda España está perpleja” con las declaraciones de Barberá, porque existe diferencia “entre vestirse presuntamente de manera clandestina” y lo que él hace, ir “con la bolsa, en la mano” con las anchoas.

Además recordó que el año pasado el presidente del Gobierno valenciano le mandó a él “dos kilos de arroz y una caja de naranjas”.

“Las anchoas de Cantabria son un emblema y, por ello, las promociono para contribuir a difundir una exquisitez que tenemos aquí”, afirmó Revilla, quien además opinó que la alcaldesa de Valencia debe de “comer bien, por el aspecto que tiene”.

Por otra parte, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, aseguró que Camps, “no tiene por qué preocuparse” respecto a su imputación por cohecho en el caso Gürtel.

Según dijo en una entrevista con Castilla y León Televisión, el dirigente popular está siendo víctima de un “ataque directo y personal”, pero “no tienen nada por lo que preocuparse”, porque “acaban de pasar unas elecciones europeas” que le han brindado un triunfo “más rotundo que nunca”.

Además, la dirigente del Partido Popular restó importancia al delito que le ha imputado el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), ya que el “cohecho impropio” es sancionable “como mucho con 2.000 euros”.

Los diputados no ven necesario regular los regalos sino usar el sentido común

Los diputados coinciden en que los políticos y cargos públicos diferencian perfectamente entre un regalo por cortesía o un cohecho, y por ello no ven necesario regular qué tipo de obsequios pueden aceptarse, porque lo que debe imperar es el sentido común y el raciocinio.

Ésa es la impresión que tiene la mayoría de los parlamentarios consultados ayer por Efe sobre la polémica abierta después de que la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, dijera que aceptar anchoas como regalo por parte del presidente del Gobierno encaja en el mismo artículo del Código Penal en el que se basa la imputación al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, por aceptar trajes.

No lo ven así los diputados, que coinciden en que hay que saber diferenciar lo que se entiende como un obsequio propio de la cortesía que forma parte de las relaciones políticas, y un regalo que busca un favor a cambio.

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