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El sacerdote Francisco Olveirar, Premio Provincial de Solidaridad

En reconocimiento a su labor durante cerca de 30 años a favor de las personas con menos recursos

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  • En reconocimiento a su labor durante cerca de 30 años a favor de las personas con menos recursos

La Diputación de Málaga ha entregado el VIII Premio Provincial de Solidaridad Internacional y Derechos Humanos al sacerdote malagueño Francisco Olveira Fuster, en reconocimiento a su labor durante cerca de 30 años a favor de las personas con menos recursos, lo cual ha hecho que sea reconocido y merecedor de este premio por su trabajo en beneficio de los más pobres y excluidos, en poblaciones marginadas y más desfavorecidas de Latinoamérica.

El pasado 13 de octubre, la Diputación Provincial de Málaga, por medio de la junta de gobierno, aprobó las bases por la que se ha regido esta VIII convocatoria del Premio Provincial de Solidaridad Internacional y Derechos Humanos 2016.

El diputado de Participación y Cooperación Internacional, Félix Lozano, ha destacado, en un comunicado, que en esta convocatoria el ente supramunicipal ha incrementado la dotación del premio hasta los 10.000 euros. El principal objetivo de este reconocimiento es apoyar y poner en valor a la sociedad civil organizada en su lucha contra la pobreza, en la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible y su contribución a la construcción de una sociedad y ciudadanía más crítica, más correctamente informada y formada, que se implique para alcanzar la justicia y la igualdad.

A esta convocatoria han concurrido cuatro candidaturas la cual ha sido resuelta por un jurado presidido por el diputado, la directora técnica de esta delegación, un representante de la Universidad de Málaga, representantes de los grupos políticos de la Diputación Provincial y dos personas que hayan destacado por su especial interés y dedicación al mundo de la solidaridad internacional.

FRANCISCO OLVEIRA FUSTER

El premio ha sido otorgado al malagueño Francisco Olveira Fuster, quien al terminar sus estudios en los Hermanos Maristas de Málaga decidió ser sacerdote siendo su vocación no sólo trabajar, sino vivir con los más pobres. Olveira es licenciado en Teología, abogado y enfermero profesional, lleva 29 años en América Latina donde ha trabajado en grandes proyectos, la mayoría de ellos en villas de emergencias y en barrios de chabolas de zonas rurales muy deprimidas y poblaciones marginales.

Actualmente y desde hace doce años vive en la Isla Maciel donde ha creado la Fundación Isla Maciel, que persigue la búsqueda de recursos y alternativas que ofrezcan una vida mejor a los habitantes de una de las zonas más desfavorecidas y necesitadas de Argentina. Muchos de los fondos recogidos por esta Fundación proceden de numerosos malagueños y otras donaciones de España, han asegurado.

Olveira, además, creó en 1999 con la colaboración de la Parroquia de San Pedro Apóstol de la Diócesis de Málaga el proyecto PIBE, una iniciativa de cooperación entre España y Argentina que supuso la creación de un puente solidario entre Málaga --su ciudad natal-- y Argentina --su país de adopción--.

Este proyecto, según ha indicado Lozano, "ratifica el compromiso social que los malagueños demuestran y que hace que la provincia de Málaga se sitúe una vez más como una provincia solidaria e implicada en la ayuda a los más desfavorecidos".

Dicho proyecto se inició como un programa de apadrinamiento de menores pertenecientes a las villas de exclusión social y ha evolucionado hacia el apadrinamiento de actividades e instalaciones colectivas. La trayectoria del sacerdote y dada su estrecha relación con Málaga es conocida por numerosos colectivos y asociaciones de la provincia.

Además de "su labor silenciosa" Olveira es uno de los sacerdotes más reconocidos por su compromiso con la justicia y los Derechos Humanos, ha desarrollado su actividad como enfermero en un proyecto de Médicos del Mundo en Francia, ha trabajado para fomentar el empleo de madres solteras, ha realizado campañas de prevención con adolescentes, ha coordinado comedores sociales, campañas de deporte inclusivo y numerosas actuaciones que han llegado a muchos barrios y personas en riesgo de exclusión social y sin recursos.

Para afrontar el problema de la drogadicción en la Isla Maciel, Olveira ha organizado un Centro de Prevención de Adicciones que cuenta desde comienzos de este año con una pequeña residencia donde viven jóvenes en recuperación.

Su ejercicio como abogado desde 2015 le ha permitido también coordinar junto con el Programa de Acceso Comunitario a la Justicia y la ONG Micro Justicia, los servicios jurídicos que atienden la demanda de la población sin recursos de la Isla Maciel.

"Por todas estas acciones el jurado ha considerado merecedor a Olveira de este premio, ejemplo de solidaridad, trabajo y entrega en beneficio de los más humildes y que a día de hoy, después de casi treinta años sigue llevando a cabo con fuerza e ilusión", ha expresado Lozano.

El diputado, asimismo, ha destacado del sacerdote su "incansable" lucha en la defensa de los derechos humanos, su empeño por conseguir un mundo mejor, un mundo libre de desigualdades en el que existan las mismas oportunidades para todas las personas y en el que todos podamos trabajar y vivir con dignidad.

Los premiados en ediciones anteriores fueron, en la VII Edición, la ONG Cooperación Honduras por el trabajo realizado de ayuda humanitaria a la población de Honduras; en la VI Edición, la Fundación Coprodeli por su contribución a la mejora de la calidad de vida de los más desfavorecidos en Perú; y en la V Edición, la Asociación Iniciativa Internacional Joven AIIJ, por el fomento de la concienciación e información entre los jóvenes sobre los programas de carácter internacional e intercultural llevados a cabo con el fin de lograr su implicación e interés.

Asimismo, se galardonó en la IV Edición a Bárbara Pérez, conocida como Madre Yolanda, por su trabajo a favor de la justicia social, además de distinguir con una mención a la Fundación Vicente Ferrer por su inciativa de voluntariado en Anantapur (India); en la III Edición a la Fundación Prolibertas en reconocimiento a su labor con los ex reclusos, su implantación provincial y su trabajo en cooperación internacional; y en la II Edición a la Asociación Malagueña de Amigos del Pueblo Saharaui cuyo objeto es ayudar a la población de los territorios ocupados del Sahara Occidental.

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