Con ese dictamen el Supremo respondió a un recurso interpuesto por la Fiscalía, que consideró que se cometieron “infracciones” durante el juicio que en febrero pasado concluyó con la puesta en libertad de los cuatro acusados después de que un jurado popular emitiera un veredicto unánime de que no eran culpables.
Tres de ellos, dos hermanos chechenes –Dzhabraíl e Ibraguim Majmúdov– y el oficial del Ministerio del Interior Serguéi Jadzhikurbánov, estaban acusados de participar en el asesinato, mientras que el cuarto, el oficial de los servicios secretos Pável Riáguzov, afrontaba cargos por abuso de poder y extorsión.
En su momento, la familia de la reportera, que tenía la doble ciudadanía rusa y estadounidense, no recurrió la sentencia absolutoria y demandó a la Justicia que encuentre al “verdadero asesino”.
Los representante legales de la familia de Politkóvskaya insistieron ayer en que no ven motivos para la anulación de la sentencia absolutoria.
“El hecho de que no hayamos recurrido la sentencia muestra que la parte de la víctima estaba totalmente de acuerdo con el veredicto”, dijo Anna Stavítskaya, abogada de los hijos de Politkóvskaya, en declaraciones a la agencia Interfax.
La letrada recalcó que “el gran problema del caso radica en las pruebas que presentó la acusación” y que el veredicto del jurado es “una decisión lógica y racional basada en las pruebas aportadas”.
Según Serguéi Sokólov, subdirector de bisemanario Nóvaya Gazeta, en el que trabajaba la periodista asesinada, la decisión del Supremo “tiene una motivación más política que procesal”.
En declaraciones a la radio Eco de Moscú, Sokólov dijo que “para las autoridades lo importante es meter a alguien en la cárcel” y aseguró que tratan de concitar la atención de la opinión pública en un caso en el que los imputados “no son los principales participantes en el crimen”.
“Nos interesa quién encargó el asesinato, el asesino y los principales cómplices y los organizadores”, enfatizó.