Con motivo de la conmemoración el 23 de septiembre del Día Internacional de la bisexualidad, la Asociación Delta LGBTIQ de la Sierra de Cádiz nos hemos reunido para dar visibilidad a esta orientación. La bisexualidad es aquella orientación de los afectos, del deseo sexual y del erotismo hacia personas de igual o distinto sexo y/o género (mujeres y hombres), no necesariamente al mismo tiempo, de la misma manera, al mismo nivel y con la misma intensidad. Las personas con esta orientación son conocidas como bisexuales.
Dentro del movimiento LGBTIQ como en la sociedad en general es difícil encontrar personas que se identifiquen como bisexuales, el problema de la visibilidad bisexual tiene que ver con el estigma asociado a esa etiqueta: la bisexualidad asociada a personas promiscuas, a personas no centradas, a personas que no son capaces de asumir su homosexualidad y por eso quieren aparentar una atracción bisexual, a personas codiciosas, personas poco fiables puesto que pueden querer algo con un chico o con la novia del chico…
El estigma asociado a la bisexualidad genera bifobia, la bifobia es el conjunto de sentimientos, actitudes y comportamientos negativos hacia las personas bisexuales presentes en todos los niveles sociales. La bifobia se articula a través de la negación de la orientación bisexual y de la existencia de personas bisexuales, de la invisibilización en la sociedad y en los propios colectivos LGBTIQ, en la marginación y exclusión relacional, social, familiar y laboral. En definitiva la bifobia se manifiesta en todo tipo de violencia que niegue y/o agreda el completo desarrollo social y afectivo de las personas bisexuales y la propia bisexualidad.
La realidad de la bisexualidad es otra. La bisexualidad es tan común como la heterosexualidad y la homosexualidad. Están los bisexuales que lo viven pero no lo saben, están los que lo saben y no lo viven y luego por supuesto están los que lo saben y lo viven. Tu vecino enamorado, fiel y casado con su mujer durante 5 años y con dos hijos puede que hace 15 años estuviera enamorado de un hombre cuya relación no funcionó, y sigue siendo tu vecino casado felizmente con su mujer. Ser bisexual no implica tener que cubrir la sexualidad con mujeres y hombres constantemente, no implica que si sólo estás con una mujer vas a necesitar de un hombre, o viceversa, no exige alternancia. En la bisexualidad si existe la posibilidad de sentirse atraído por uno u otro sexo/género, sin más. Esta orientación sexual es también diversa en sí misma, y habría que hablar de “bisexualidades”, en plural, ya que la experiencia bisexual es propia de cada persona.
Este año, la FELGTB (Federación Estatal de Gays, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales, de España) lo dedica a la visibilización de la orientación BISEXUAL, uno de los grandes olvidados en la lucha por la diversidad afectivo-sexual. La bifobia sigue siendo una lacra social junto a las otras fobias hacia las comunidades LGBTIQ, y aunque existen nuevas leyes que protegen a las comunidades LGBTIQ, la implicación y comprensión social siempre va un paso más lento. Hay que tener algo claro aquí: la sexualidad y afectividad humana es diversa y la bisexualidad es una más de todas las vivencias y realidades de la sexualidad humana.
Como seres diversos, nuestra sexualidad no es elegida, sino que se descubre mientras nos vamos desarrollando como seres humanos. Y como dijéramos en el manifiesto del pasado Orgullo Serrano “aquí estamos, al lado de nuestras compañeras y compañeros bisexuales para decirles: Tu eres yo, yo soy tú”.