Es un grupo de mujeres a las que la vida les ha hecho ser luchadoras y fuertes para enfrentarse a todo lo que se les venga encima. Este colectivo de víctimas de los malos tratos fue al Pleno el pasado viernes para recordar al alcalde de la ciudad, José María González, que se comprometió con ellas a ser su voz. “La verdad es que nos quedamos un poco desangeladas, no vimos la misma mirada en el alcalde que hace unas semanas, pero confiamos en que cumpla con su palabra y nos acompañe a la cita con el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM)”, manifiestan.
Estas mujeres quieren que se les tenga en cuenta, porque consideran que los servicios sociales del Ayuntamiento no les dan “ninguna solución” a la situación de penuria que viven. Por eso, la concejala de Asuntos Sociales, Ana Fernández, se ha comprometido con ellas, “casi todas usuarias de Asuntos Sociales, en ver los casos uno por uno, con cada una de las afectadas y su respectiva trabajadora social”, según el Ayuntamiento.
La intención de la edil es “analizar de nuevo la situación de cada una de ellas, y si lo necesitan y lo requieren, acompañarlas a la Junta de Andalucía, que es quien tiene las competencias en estos casos”.
Cuestión de empatía
Estas mujeres temen que las autoridades no sean conscientes de la situación “que vivimos día a día. De que hay veces que tenemos que usar el dinero del alquiler para dar de comer a nuestros hijos” o que “tenemos el miedo metido en el cuerpo porque no tenemos claro que en unos meses podamos tener un techo bajo el que vivir”. Este grupo de mujeres pide al Gobierno local que tenga empatía, “que no me sirve que se pongan a nuestra altura para después decirnos que no podemos hacer nada más por vosotras”.
La mayoría de ellas tienen hijos menores y residen en viviendas en muy mal estado de conservación. Ninguna tiene trabajo y todas piden tener un empleo con el que sacar adelante a sus familias y una casa digna porque “es nuestro derecho”.