El jueves por la mañana muchos londinenses y visitantes alucinaron con un hamster gigante paseandose por las calles de la urbe.
¿Qué demonios era esto? ¿Una invasión? ¿Algún engendro mutante escapado de unas instalaciones de algún científico loco? No, la cosa tiene una explicación mucha más simple.
La explicación real es en verdad más aburrida. El hamster gigante, llamado Jaffa, es parte de una campaña de marketing de una compañía británica de reparación de vehículos llamada Kwik Fit.