Un agujero negro supermasivo ha sido descubierto en un área dispersa del Universo local, un hallazgo que indica que estos objetos monstruosos --este tiene una masa igual a 17.000 millones de soles-- pueden ser más comunes de lo que se pensaba.
Hasta ahora, los mayores agujeros negros supermasivos, aquellos con masas de alrededor de 10.000 millones de veces la del Sol-- se han encontrado en los núcleos de galaxias muy grandes, en regiones cargadas de otras galaxias también de gran tamaño. El agujero negro hasta ahora más grade registrado, y que se encuentra en el Libro Guiness de los Récords, tiene 21.000 millones de masas solares.
Sin embargo, el objeto recién descubierto, situado a 200 millones de años luz de la Tierra, está en una galaxia, NGC 1600, situada en una zona del Universo relativamente desierta, según ha indicado uno de los autores del trabajo, Chung-Pei Ma, profesor de la Universidad de Berkeley.
"Es muy raro encontrar una galaxia del tamaño de NGC 1600 en un grupo de galaxias 'rico', pero si es habitual que residan en grupos de galaxias de tamaño medio. Así que la pregunta ahora es, ¿tal vez hay muchos más agujeros negros monstruosos por ahí que no viven en las galaxias gigantes, sino en otras de tamaño medio?", ha declarado Ma.
El artículo que recoge el hallazgo, publicado en 'Nature', explica que las estrellas alrededor del centro de NGC 1600 se mueven como si el agujero negro fuera un binario. También se espera que los agujeros negros binarios sean comunes en las grandes galaxias, ya que se piensa que éstos crecen mediante la fusión de unas galaxias con otras, una de las cuales, presumiblemente, tiene un agujero negro central.
Estos agujeros negros se hunden hasta el núcleo de la nueva y más grande de las galaxias y, después de una danza orbital, se fusiona y provoca la emisión de ondas gravitacionales.
EN BUSCA DE RESTOS DE CUÁSARES
Los agujeros negros se forman cuando la materia se vuelve tan densa que ni siquiera la luz puede escapar de su atracción gravitatoria. En los inicios del Universo, cuando el gas era abundante, un puñado de voraces agujeros negros crecieron hasta llegar a ser extremadamente masivos por la ingestión, emitiendo enormes cantidades de energía.
Mirando hacia atrás en el tiempo en el Universo distante, estos agujeros negros supermasivos aparecen como quásares muy brillantes. A medida que los astrónomos observan más cerca de la Tierra, sin embargo, ven galaxias con poco gas --que ya se ha convertido en estrellas-- y no hay cuásares.
Debido a que NGC 1600 es una galaxia vieja con poca formación de nuevas estrellas, Ma sospecha que puede albergar un antiguo quásar que una vez ardió brillantemente pero ahora está dormido. Sería el primer descubrimiento en una región escasamente poblada del Universo local, según ha señalado el científico.
"Los quásares más brillantes albergan, probablemnete, los agujeros negros más masivos y no necesariamente tienen que vivir en las regiones más densas del Universo", ha indicado Ma. Además, ha señalado que el de NGC 1600 "es el primer agujero negro muy masivo que vive fuera de un ambiente rico en el Universo local, y podría ser el primer ejemplo de un descendiente de un quásar muy luminoso que tampoco vive en un sitio privilegiado", ha concluido.