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El Puerto Cofrade

Dormidos esperaron a que el Señor orara

Tarde del Miércoles Santo, Cristo Orante salió a las calles de El Puerto que se convirtió en un Getsemaní inmenso.

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Miércoles Santo, Basílica Menor, siete y media de la tarde, Cristo Orante salió a las calles de El Puerto que se convirtió en un Getsemaní inmenso. Los portuenses velaron la oración del Señor mientras los tres apóstoles dormían bajo el olivo, revestidos por los nuevos ropajes que las costureras de la hermandad les habían realizado este año… ni  los sones de la ‘Madre y Maestra’, la Agrupación Musical de Santa María Magdalena del Arahal conseguían despertarlos… el ángel dorado. Un año más el Cáliz se le ofreció al Señor del Huerto.
Su Madre, la de Gracia y Esperanza, a su hijo buscaba cobijada por ese palio de malla dorada y rodeada de orquídeas blancas, con el andar de sus costaleros por las calles de la ciudad avanzaba, al son de las marchas que la Banda de Música Virgen de las Mercedes, de Bollullos del Condado, con cariño interpretaba. “Salve de Gracia y Esperanza”, “Reina de Gracia y Esperanza” y “Flores para tu paso” sonaron durante la procesión y en la plaza de la Cárcel una lluvia de pétalos empapó al paso de palio, en una de las estampas más esperadas de la Semana Santa portuense.
Y poco a poco por calle Palma y hasta Santo Domingo los Titulares llegaron acompañados por una legión de nazarenos azul y blanco para llegar a una Plaza de España abarrotada para realizar su recogida.

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