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El agua dejó a medias a Sevilla

La amenaza de lluvias y alguna que otra gota intermitente partieron una jornada con cuatro hermandades en la calle. Santa Genoveva, que decidió salir, tuvo que volver a su templo

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  • Virgen de Veracruz -

La amenaza de lluvias y más de una gota de agua intermitente han roto por completo el Lunes Santo sevillano, con cinco hermandades sin poder realizar su estación de penitencia, una de ellas que sí se atrevió a salir pero se volvió para su templo, y con cuatro hermandades de la tarde que se arriesgaron a realizar su recorrido procesional apretando los tiempos, a marchas forzadas y mirando hacia el cielo, dejando la sensación de un Lunes Santo a medias, entre los deseos de los hermanos de sacar sus imágenes a las calles y el debido respeto y protección que las mismas se merecen.

Como el Domingo de Ramos, el Lunes Santo amanecía rompiendo el cielo a tormentas pero sin que el sol consiguiera en ningún momento disipar el miedo de las inestables tormentas que iban y venían, descargando lejos pero dejando su rastro a ratos en las calles sevillanas, en un barrio sí y quizás en el otro también.

La Hermandad de San Pablo era la primera en decidir que no realizaría su estación de penitencia ante el anuncio de lluvias intermitentes que podrían afectarle en su largo recorrido.


Abría la jornada de incertidumbres pero también el cielo, por lo que Santa Genoveva, tras pedir su perceptiva prórroga, se arriesgaba y empezaba su caminar hacia carrera oficial, eso sí, acortando el recorrido, eligiendo sortear el Postigo y entrar directamente por la Avenida de la Constitución.

Mientras La Redención y San Gonzalo comenzaban a pedir prórrogas ante los insistentes anuncios de lluvias intermitentes, las gotas aguaban el camino “a paso de mudá” de Santa Genoveva y la hermandad decidía volver hacia el Tiro de Línea.

La ausencia de Santa Genoveva daba más margen temporal a La Redención, que asumía su turno y retrasaba una vez más su decisión mientras los nazarenos de San Gonzalo se agolpaban en el mercado y su junta directiva seguía estudiando una y otra vez los partes meteorológicos, que anunciaban lluvias intermitentes al menos hasta las cinco de la tarde.

Con muy pocos minutos de diferencia, ambas decidían no salir y dejaban la primera parte del Lunes Santo primero sin la popular hermandad de San Gonzalo en la calle y, después, sin El Beso de Judas, al que luego le acompañaría Santa Marta, a pesar de que las previsiones ya sólo anunciaban algún chubasco disperso que extrañamente descargaría sobre Sevilla.

Algunas gotas cayeron en ese intervalo de tiempo hasta que llegó el momento de que Las Aguas emitiera su veredicto: salía a la calle y, tras ella, Vera-Cruz, Las Penas y El Museo, todas acelerando su paso como temiendo la amenza de lluvia que se había trastocado en un frío intenso, arropándose de las callejuelas del centro, del corto recorrido que les da cierta ventaja a las Hermandades más cercanas a la Catedral y con más refugio en caso de agua.

Pero Sevilla sigue mirando al cielo porque las lluvias seguirán siendo igual de inesperadas, de sorpresivas y de imprevistas en este Martes Santo que se avecina con muchas incógnitas.

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