No esperaban ni por asomo que su sueño de transformar la árida estampa que asoma en sus ventanas con un descampado, donde antaño campaban viejos bidones de gasolina, alcanzaría en tan poco tiempo tantos apoyos. Francisco Javier López y Ana Ferrer son los promotores de una iniciativa que persigue que los antiguos terrenos de Repsol muden su piel al verde, dando oxígeno a unos masificados Cruz de Humilladero y Carretera de Cádiz. Aunque ahora, el sueño de un bosque urbano en Málaga, al más puro estilo de ‘Central Park’, está compartido con las más de 20.000 rúbricas que en apenas un mes han recabado.
“Estamos elaborando un proyecto para presentar al Ayuntamiento de Málaga de la mano de geógrafos, arquitectos o botánicos, precisamente este sábado en la segunda reunión pondremos en marcha tres comisiones de trabajo y planificaremos la recogida de firmas en las calles”, adelantó Javier López.
La quimera de ambos ha colocado de nuevo el destino de este solar, propiedad del Ayuntamiento y de la Sareb o banco malo, en la primera plana informativa. Aunque ahora, el nuevo escenario político ha provocado que los vecinos puedan tener la última palabra. Y es que el Ayuntamiento de Málaga se comprometió en el último pleno, a propuesta de Málaga Ahora, a realizar una consulta popular sobre el futuro de los 177.000 metros cuadrados.
Charlas en barrios
El regidor popular, Francisco de la Torre, continúa agarrándose al proyecto previsto de un gran parque con cuatro torres de viviendas pero los promotores esperan que el Consistorio “cumpla su palabra”. “Deben contar con la opinión de la ciudadanía que es clara, aunque nuestra intención no es imponer nada”, apostó Ana Ferrer. Por delante, tienen mucho trabajo para dar forma a esta idea que consideran la “más viable” para Málaga con un calendario contrarreloj que incluirá charlas informativas por los barrios de Málaga. “Vamos a tratar de convencer de que un bosque urbano es lo que necesita Málaga, no hay necesidad de construir más en estos terrenos”, insistió.
De la Torre insistió días atrás en que antes de una consulta, “lo primero es saber qué queremos hacer”. Aunque parece que el debate ciudadano le ha llevado a ceder en su postura, al asegurar que “no es tanto un tema de viviendas como de uso terciario, comercial y hotelero, y con un espacio verde lo más amplio posible, que podría llegar a esos 100.000 metros cuadrados sin tener que cambiar el planeamiento”.