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Bajonazo a la euforia (1-2)

Derrota del cuadro bético ante el Deportivo de La Coruña tras un partido soso después del logro del miércoles

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  • Una gran decepción -

Está claro que el Betis, haciendo alarde de su historia, no termina de redondear la felicidad de su afición tras la victoria del miércoles.

Con la alineación esperada teniendo en cuenta las bajas y lesiones del conjunto bético, el Betis volvía al Benito Villamarín, esta vez, con otro debutante estrella en la competición liguera.

Van der Vaart, el jugador en cuestión, se estrenaba ante el público verdiblanco que ansiaba sellar con el broche de una triunfo que continuara la fiesta del miércoles.

No obstante, el hombre-peligro que tuvo la primera ocasión en el arranque de partido fue como siempre Rubén Castro, tras un fallo defensivo del Deportivo de La Coruña que no supo sin embargo definir; si bien el canario se quejó de manera amarga como consecuencia de una entrada que consideró penalti.

Al margen de la llegada inicial del artillero heliopolitano, el duelo se tiñó de gris en gran medida, pues si los locales ni los visitantes eran capaces, salvo algún disparo aislado, de generar acercamientos con un alto grado de preocupación para el contrario.

Las tablas en el luminoso al descanso daban buena cuenta de los 45 malos minutos de ambas escuadras.

Y es que los goles se reservaron para la segunda mitad, en la que se retiró el tulipán bético sustituido por el joven Dani Ceballos.

Pero sería el conjunto coruñés el que pegaría en primer lugar con un golazo de Fede Cartabia desde larga distancia que después de tocar en el larguero, se colaba en la meta verdiblanca dejando sin reacción a Adán, quien pudo hacer algo más.

Lejos de caer en el derrotismo, el Betis tiró para delante y en cinco minutos, una presión de Rubén Castro y la visión de juego de Ceballos, sirvieron para que Petros, tras el pase de este último, empatara el encuentro con un tiro suave pero colocado. Buen tanto del brasileño que estropeó en la jugada que propiciaría el postrero gol del Deportivo.

Parecía entonces que los de Mel se podían llevar el partido cuando un error del autor del gol bético propiciaba una contra perfecta del Deportivo que Fajr coronaba de manera brillante dejando al Villamarín y a su parroquia completamente helada.

Las diferentes tentativa del Betis no tuvieron premio ninguno, pues ni siquiera pudieron aprovechar los fallos de la zaga deportivista, que pese a ello, supo mantener los dominios de Lux intactos y sin ser avasallado en ninguno de los minutos restantes.

Ricky Van Wolfswinkel no tuvo tampoco trascendencia alguna durante la media hora de la que pudo disfrutar. Ahora, a pensar en Gijón.

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